Magical Drop III [Pixelbits]
A menudo se pasa por alto. No se tiene en cuenta. Pero es apropiado mandar un mensaje de vez en cuando, recordando lo muy perjudicial que pueden ser las drogas y la adicción que pueden crear al consumidor. Suene esto muy moralista, ético y demás pamplinas, haremos destacar el género de los puzzles por encima de otros, ya que por su temática directa y amena ha creado un seguimiento masivo por ser un estilo de juego apto para todo tipo de públicos. Desde el más memo al más perspicaz. Y ahí es donde comienza el origen de todo jugador eventual atraído a menudo por la lógica, la estrategia o el patrón de respuestas que estos generan. Sin duda alguna, la fórmula ha conseguido adoctrinar yonkis por todas las partes del globo terráqueo.
Esta es la razón por la que Magical Drop III es el más indicado para hablar de drogas, síndrome de abstinencia y de hacerte caer en la tentación. Tras dos intentos, Data East ponía en marcha su titán de puzzles: un desequilibrio de bolas que rezuman viveza muy a lo Puzzle Bobble (Taito, 1994) refugiadas tras el simbolismo de una baraja del tarot de la Arcana Mayor, como si pretendiéramos experimentar con el ocultismo, el esoterismo o hacer uso de las artes adivinatorias. Mas no son esas disciplinas las que necesitamos practicar, sino un control soberbio del mando para recoger y devolver esferas por todo lo alto, de diestra a siniestra, con una velocidad endiablada después de las posibles interacciones de un color con otro. El explotado bufón saltimbanqui divisa desde abajo cómo una combinación impecable, a la par que implacable, puede aturdir a tu competidor; de no ser suficiente espabilado caerás bajo el yugo sodomita del Diablo, la Muerte y otros símbolos más benevolentes como el Juicio o la Destreza.
La pancarta de este juego lleva por lema la palabra «destroza-muñecas», el vicio como bandera y la incitación al placer de los opiáceos en nuestro sistema nervioso. Cómo es posible que no estemos hablando de «droga», cuando el término en castellano proviene del árabe andalusí cuyo significado es «charlatanería». Y charlatanería, lo que se dice precisamente charlatanería no abunda demasiado en Magical Drop III. Aunque haya alguien que pregone ganarte a los cuatro vientos, en ese caso sí es droga. O bueno: charlatanería, para ser exactos.
Pixelbits es una sección destinada a recomendar, de forma breve y concisa, clásicos del arcade que en su día se pudieron disfrutar en los salones, y a los que aún hoy vale la pena darles una oportunidad.
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