Los Numerobots y Alfarobots
Estoy convencido de que la gran mayoría de los aquí presentes tuvieron en su infancia juguetes «transformables» en sus más diversos tipos. Ya fuesen figuras de los robots de los Power Rangers, Transformers con TM o versiones «de los chinos» de esos Transformers. De entre este tipo de juguetes recuerdo con especial cariño a los Numerobots, unos simpáticos números robóticos que casi parecían elementos educativos, pero que al final servían como cualquier otro androide de más enjundia para las batallitas que nuestra imaginación infantil convertía en épicas.
Bajo el elegante lema: «de número a robot, de robot a número«, ningún niño en su sano y matemático juicio se podía resistir a estos juguetes transformables que quizá no fuesen tan cools como los Transformers, pero eran mucho más asequibles y tenían ese toque tan especial de cambiar de forma. Me imagino que los niños de hoy estarán tan acostumbrados a juguetes que hacen de todo que estos enanos y sus, como mucho, cinco pasos de transformación, les parecerán una chorrada. Pero por aquel entonces nos llamaban poderosamente desde los escaparates de las jugueterías… sí, éramos pequeños e impresionables…
Los fabricaba Inovac-Rima, una empresa vasca, y desconozco si resultaron muy rentables, pero preguntando a mis amigos fueron muchos los que los tuvieron, así que al menos un cierto éxito debieron registrar, dentro de la humildad que caracterizaba al producto. Pero no fueron únicos en su especie, sino que tuvieron unos hermanos mucho menos matemáticos y más alfabéticos…
Alfarobots
(Los de la foto ponen Alfabots, pero bueno, aquí aunque eran los mismos se llamaban Alfarobots)
Los parientes de los Numerobots en forma, como no, de letras. Cuando te comprabas (o suplicabas para que te compraran) el primer Numerobot, podías llegar a pensar en que, poco a poco, pudieses llegar a tenerlos todos, pero claro, reunir todas las letras del alfabeto ya no estaba al alcance de nuestros sufridos bolsillos, y había que reservar los «¡Porfa! ¡Porfa!» para las figuras de acción de las Tortugas Ninja o los G.I. Joe, que al final cundían mucho más. Pero bueno, si tu nombre de pila era corto podías aspirar fácilmente a decorar tu estantería con él a base de transformables… el sueño de todo niño, bueno, no tanto, yo desistí porque mi nombre tiene siete letras, y con mis numerobots 5, 6 y 7 ya me di por satisfecho.
El caso es que, a diferencia de los Numerobots, parece ser que el éxito de los homólogos en forma de letra fue muy reducido en España. No obstante, en varios países de Latinoamérica sí que funcionaron muy bien, y seguro que muchos de nuestros lectores jugaron con alguno cuando eran pequeños.
¿Y tú? ¿Tuviste Numerobots o Alfarobots en tu infancia? ¿Aún los conservas?
Fuentes: Chogenkidama – Todocoleccion – Etsy – MartiniBlanco
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