Los 10 RPGs imprescindibles de PlayStation
Adorado por muchos, criticado por algunos, el género RPG es uno de los que más y mejores ratos nos ha hecho pasar en esto de los videojuegos, aunque hay que reconocer que actualmente no pasa por su mejor momento. Sin embargo, en las consolas de 16 y 32 bits brilló con luz propia, en mi opinión como ningún otro género, fundamentalmente de la mano de una Squaresoft que por entonces convertía en oro casi todo lo que tocaba. Y posiblemente en ninguna consola hubo una sucesión tal de gloriosos exponentes del género como en PlayStation, de la que voy a repasar los que, para mí, y reitero el “para mí”, son sus 10 mejores juegos en este género. Alguien se puede quejar de que sólo haya JRPG, pero supongo que eso tiene que ver con los gustos de cada uno, y los míos son los que son.
Vamos a ello pues…
10 – Star Ocean the 2nd Story (Enix, 1998)
Llegó a Europa tarde y mal, pero aún así valió la pena poder disfrutar de esta extensa aventura que combinaba la ciencia ficción (alta tecnología, viajes intergalácticos) con elementos más propios de un relato medieval. A medio camino entre el Action RPG y la lucha por turnos, el segundo episodio de la saga Star Ocean, iniciada un par de años antes en Super Nintendo, destacó por su elaborado argumento, sus preciosos escenarios estáticos y unos menús verdaderamente complejos y llenos de posibilidades, a un nivel pocas veces visto en un juego de su estilo.
Estuve a punto de dejarlo fuera para meter a algún otro candidato, pero finalmente me pareció el más digno para cerrar esta lista. Seguro que a los fans de los RPG con sabor clásico que no lo hayan probado y estén algo cansados de las lentas luchas por turnos, sus combates dinámicos y su consistente guión les proporcionarán grandes dosis de diversión.
9 – Valkyrie Profile (Enix, 1999)
Según la mitología nórdica, las valquirias eran las sirvientas personales de Odín, el más destacado de los dioses, y su misión fundamental consistía en transportar al Valhala, el palacio de los caídos, las almas de valerosos guerreros muertos en combate, para que pasaran a luchar al servicio de su señor Odín, de cara a la batalla decisiva entre los dioses, el mítico Ragnarok. Siendo totalmente fieles a este elemento mitológico, Tri Ace y Enix ofrecieron un RPG con un planteamiento muy original en un género en el que era demasiado habitual que una y otra vez se repitiesen los mismos esquemas. Y vivir las historias de humanos a punto de morir, para luego reclutarlos, entrenarlos combatiendo con nosotros y finalmente enviarlos a Odín se mostró como algo de lo más sugerente.
Con unos irresisitibles decorados en 2D, dotados de una belleza que pocos juegos en Play Station alcanzaron; un sistema de combate muy activo y estratégico; una enorme libertad para elegir nuestro camino y multitud de historias con gran interés y emotividad, Valkyrie Profile es, no sólo un RPG diferente, sino también una odisea muy evocadora e impactante.
8 – Suikoden II (Konami, 1998)
Con el sabor añejo de los RPG de 16 bits, Konami regaló a Play Station un par de episodios de la saga Suikoden que recibieron muy buena acogida entre los fans del género, y es que razones no les faltaban, especialmente a la segunda parte, que fue capaz de mejorar de forma muy notable una fórmula realmente interesante. Con un apartado gráfico discreto, pero que aún así tenía un toque especial, Suikoden II nos lleva de la mano a una épica historia en la que un joven sin apenas experiencia militar se ve envuelto en una cruel guerra, en la que pasará de ser un mero espectador a dirigir grandes ejércitos. Pero no dominaremos multitud de tropas de la noche a la mañana, sino que emprenderemos un largo viaje en el que, con cuentagotas, iremos reclutando miembros, venciendo pequeñas escaramuzas y convirtiendo un viejo castillo en el centro de operaciones de lo que algún día será una enorme fuerza militar.
Esta sensación de crear un gran ejército de la nada, unida a unos combates clásicos pero fluidos y con muchos elementos, a la cifra de 108 personajes que podemos llegar a reclutar, a uno de los villanos más sanguinarios que yo recuerde o a un argumento convencional pero tremendamente efectivo, logran convertir a Suikoden II en una experiencia que ningún amante de los RPG debería dejar pasar.
Eso sí, su traducción al castellano se merece a pulso un hueco entre las peores de la historia, pero no evita que esta experiencia con sabor añejo mantenga un enorme atractivo.
7 – Grandia (Game Arts, 1999)
Tal vez no esté entre los más recordados de Play Station, pero esta conversión de un juego que apareció originalmente en SEGA Saturn es, desde luego, uno de los RPG más especiales que hayan pasado por la consola de Sony, gracias al carisma de sus personajes, la interesante historia y sus atractivos combates, realmente activos y dinámicos para ser por turnos, lo que hacía difícil cansarse de ellos pese a lo numerosos que resultaban.
Su apartado técnico resultó ya algo desfasado para su momento, pues la versión de Saturn contaba ya con unos añitos y apenas se introdujeron mejoras, pero aún así aguantó el tipo, no impidiendo a la creación de Game Arts convencer a la mayoría de los que le dieron una oportunidad a la historia de Justin y compañía, que comienza como un juego de niños en su barrio para terminar por convertirse en un larguísimo viaje alrededor de un mundo bien estructurado y con montones de parajes diversos.
6 – Final Fantasy VIII (Squaresoft, 1999)
Pese al abrumador éxito de ventas de los tres episodios de la saga en Play Station, y lo bien recibidos que fueron por la crítica, en general, suele haber bastante polémica y opiniones encontradas a la hora de considerarlos. En mi opinión, los tres valen la pena, y merecen estar en esta lista por méritos propios, aunque también creo que cada uno tiene sus problemas, siendo la octava parte a la que más le pasan factura.
Y es que Final Fantasy VIII presenta unos combates que a mí me resultaron más aburridos que en la mayoría de juegos de los que hablo aquí. Las secuencias de las invocaciones se hacían eternas, la estrategia brillaba por su ausencia y el sistema de mejora de los personajes no estuvo entre los más acertados de la saga. Pero aún así, me resultó un juego muy absorbente, llevado en volandas por un atractivo argumento (aunque un poco convencional), un aspecto visual fabuloso y una de las bandas sonoras más recordadas de la saga.
Seguramente no sea muy del agrado de todo el mundo, pero al menos los fans del género, es un juego al que deberían darle una oportunidad.
5 – Final Fantasy IX (Squaresoft, 2000)
Tras el giro a la saga que supuso la séptima parte, y que la octava continuó, Square trató de recuperar un poco los orígenes, y Final Fantasy IX se mostró como una fusión entre los episodios clásicos y la espectacularidad de la que se había dotado a los últimos juegos.
El mítico dibujante Yoshitaka Amano retornó a la saga gracias a la cual había saltado a la fama, y le devolvió el toque mágico-medieval que ésta tuviera antaño, así como unos personajes de diseño más desenfadado, y alejado del toque realista de los de Final Fantasy VIII.
Con un planteamiento de lo más convencional en el género, pero con unos encantadores gráficos, una historia poco enrevesada pero bien contada y emotiva, unos combates con todo el atractivo del tradicional rol japonés, y unos personajes para el recuerdo, Final Fantasy IX es un juego muy especial, que no ha envejecido nada mal, y al que sólo aspectos como la facilidad de la gran mayoría de combates y unas mazmorras mejorables le alejan de la cima.
4 – Vagrant Story (Squaresoft, 2000)
La gran obra maestra de Yasumi Matsuno es un RPG único, diferente a cualquier otro, y una demostración más de que a la Square de su época dorada lo mismo le daba romper moldes con una saga consagrada que sacándose nuevas licencias de la chistera.
Vagrant Story nos trasladó a Léa Monde, una milenaria y oscura ciudad que albergaba un misterioso culto de tenebrosas intenciones, y en la que tuvo lugar una de las tramas más cuidadas, intensas e inquietantes que haya tenido juego alguno. Una ciudad fría y peligrosa, alejada del típico concepto de los juegos de rol en los que las urbes son tranquilos lugares en los que comprar, charlar o descansar; y convertida en el eje de todo, desde las más crueles batallas a los momentos más relajados, brillando por su ausencia estos últimos.
Pero además su ambientación, que posiblemente no tenga parangón en Play Station, Vagran Story será siempre recordado por su excepcional sistema de batalla, tan atípico como profundo, y que, unido al completísimo e imprescindible sistema de forja de armas, conformaron uno de los más difíciles y exigentes RPGs que haya visto la luz en consola alguna, pero a la vez una experiencia difícil de olvidar para muchos aficionados al género, que se rindieron ante este cúmulo de virtudes, una experiencia irrepetible.
3 – Final Fantasy VII (Squaresoft, 1997)
Sé que me van a caer unas cuentas porque este juego no esté en lo más alto, pero bueno, para algo es mi propia lista. No cabe duda de que Final Fantasy VII es el RPG más mítico, no solamente de Play Station, sino quizá también de toda la historia del videojuego. La revolución que supuso en su día resulta, para muchos, difícil de olvidar, y es que su nivel de espectacularidad logró dejar al mundo con la boca abierta, atónito ante aquel arrollador despliegue gráfico, sorprendido por la fuerza de la trama y de sus personajes, y en el caso de Europa, rendido ante un género que en la generación anterior había empezado a hacerse un hueco.
La odisea de Cloud y sus compañeros frente al pérfido Sephiroth poseía una fuerza extraordinaria, capaz de lanzar al Olimpo de los personajes de videojuegos a un héroe y a un villano formidables, cuya fama a partir de un único juego no conoce otro caso semejante en el sector. Final Fantasy VII es también la odisea de Midgar, la ciudad donde empezaba todo, una urbe decadente y oscura con una ambientación inconmensurable, pero que es sólo una parte de un mundo enorme, repleto de parajes mágicos, de especiales lugares, testigos de hechos que a muchos se nos quedaron grabados a fuego en la retina, y que difícilmente olvidaremos.
2 – Chrono Cross (Squaresoft, 1999)
Los más exquisitos escenarios vistos en Play Station, una banda sonora inolvidable y casi insuperable, una envolvente trama protagonizada por una espectacular cifra de personajes y un sistema de combate tan hábilmente diseñado como divertido para el jugador se dieron la mano en esta intemporal maravilla jugable, que por desgracia los europeos nos quedaríamos sin disfrutar.
Cargar con el peso de la primera palabra de su nombre no era tarea fácil, pues Chrono Trigger había dejado una imborrable marca a los usuarios de Super Nintendo, en una de las más maravillosas experiencias de su generación, un juego redondo que reunió a un excepcional grupo de grandes talentos. No todos repitieron en Chrono Cross, pero sí lo hizo un buen puñado, y su trabajo fue capaz de romper moldes de nuevo para, en mi opinión, situar la secuela al nivel del original, esto es, en lo más alto.
La belleza de los fondos estáticos de este juego supera todo lo imaginable, en un trabajo artístico sencillamente sublime, que hace que el juego entre por los ojos como un torrente desde el primer momento. La música es el máximo exponente de la maestría de Yasunori Mitsuda, que fue capaz de componer más de cuatro horas en las que no sobra ni un minuto, y que incluyen algunos de los mejore temas jamás escuchados en un videojuego. La jugabilidad presenta un perfecto equilibrio, la historia es excelente (salvo ciertas lagunas), los combates muy divertidos, recorrer los escenarios una delicia, la duración muy alta, los alicientes para repetir la experiencia numerosos… la suma de todo esto sólo puede dar lugar a algo impresionante.
1 – Xenogears (Squaresoft, 1998)
Como decía aquel precioso anuncio de Mercedes, en una lista siempre hay un primero, y luego vienen todos los demás… en este caso, tal puesto de privilegio corresponde a la que para mí es la mayor obra maestra jamás creada en su género, un juego tan maravilloso que ya no podrá salir de mi cabeza, y que no importa cuántas veces juegue o lo desfasados que hayan quedado sus gráficos, cada vez lo disfruto más.
Son varias las virtudes que sustentan el peso de esta obra de dimensiones colosales, pero hay una por encima de las demás, tan poderosa y tan profunda que basta por sí sola para llevar en volandas más de 40 horas de una experiencia jugable inolvidable: Se trata del argumento, de la historia, de la trama, que jamás en un videojuego que yo conozca ha mostrado tal nivel de excelencia. Personajes de un carisma arrollador, con personalidades cuidadosamente trabajadas y que van modelándose en función de los acontecimientos; un mundo enorme, con diferentes culturas y poderes que cuentan con sus propias historias mucho más allá de lo que sucede en el juego; un guión sublime, con giros sorprendentes, momentos de gran emotividad y sucesos que nos costará borrar de nuestra mente… el argumento de Xenogears es tan inmenso que se crearon 5 capítulos del mismo para que en el juego sólo aparezca el último, por lo que todo es consecuencia de hechos anteriores perfectamente explicados, una trama sin fisuras, y que para colmo está escrita en un estilo impecable, como si de una novela de calidad se tratara.
Pero Xenogears no podría llegar tan alto simplemente con su historia, y el resto de aspectos también dan la talla sobradamente, como un sistema de combate tremendamente profundo y adictivo, una banda sonora sublime del gran Yasunori Mitsuda, enormes escenarios para explorar y un apartado gráfico que, si bien hoy se ve muy primitivo, permite unos escenarios totalmente tridimensionales y una perspectiva ideal.
Siempre le quedará la mancha de un bajón en el segundo CD, a causa de que Square les limitó el presupuesto y parte de la trama se resuelve de forma un tanto precipitada, pero no es suficiente para desmerecer la historia más grande jamás contada que mis ojos hayan visto en consola alguna… por eso, para mí, él es el rey.
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