Las aventuras de (¿la arqueóloga?) Lara Croft
Recorriendo un poco los blogs hispánicos, me entretuve leyendo las noticias sobre las nuevas aventuras de Lara Croft, uno de los personajes más emblemáticos del mundillo y una de las pocas mujeres en triunfar en el protagonismo de un videojuego. Esta nueva entrega supone un completo rediseño de la saga, que hace tiempo que estaba un tanto descuidada, sobre todo luego de los excelentes dos primeros juegos, que nunca se pudieron igualar.
En cuanto a este nuevo juego, los muchachos de Crystal Dinamics se han encargado de dejar bien en claro las intenciones de producir un “reboot” en la saga. Esto se hace tangible tan solo con ver las imágenes que va soltando la empresa para dar rienda suelta a la especulación. Lo que queda bien en claro, es que se trata de una Lara mucho más “humana”, magullada, como se aprecia en las imágenes, en pleno trabajo de curar sus heridas luego de lo que parece una escalada peligrosa de algún acantilado.
Susodichas especulaciones hacen que los defensores de la antigua Lara se replanteen la verdadera necesidad de realizar este cambio radical. Considéreselos conservadores, pero nadie puede negar que la antigua Lara (la pixelada de las primeras entregas) tenía ese no se qué especial que nos hace quererla de un modo muy particular. Revisando antigüedades, encontré unas demos de los viejos niveles (más concretamente del primer juego de la saga) y me enganché un buen rato jugando sus aventuras. Entre las corridas del juego, decidí interiorizarme en la historia de este personaje tan peculiar. Y tropecé con una idea un tanto rara: que a Lara comúnmente se la relaciona con la profesión de arqueóloga.
Esta analogía seguramente tiene su fundamento en las constantes comparaciones entre la saga que protagoniza Indiana Jones y la que nos tiene en cuestión. Las películas del primero nos sirven de punto de comparación para cualquier cosa que se considere arqueológica, mitificando un poco la tediosa tarea de recuperar artefactos antiguos. En esencia, ese es el verdadero atractivo que tiene el estereotipo de este personaje.
Pero nótese un aspecto fundamental, la dicotomía que denota la asociación de Lara a la arqueología y el nombre del juego. Mientras al personaje se lo suele relacionar siempre y por analogía al mundo arqueológico, el título del juego reza explícitamente que Lara es una “asaltante de tumbas” literalmente. De seguro el título del juego debe tener sus razones más en el atractivo comercial que en la descripción propiamente dicha de la “arqueóloga”: creo que nadie le hubiese prestado atención si, en vez de asaltante de tumbas, dijera “defensora de la arqueología”.
A la vista de un nuevo juego de la saga, se pretende mostrar los orígenes del personaje en un intento de dar un soplo de aire fresco a sus juegos. Pero no por ello se debe suponer que el juego será simplemente un modelo a seguir: los creadores del mismo se han encargado de aclarar que “beben” las ideas de juegos como Half Life y Uncharted o de películas como “Batman Inicia”. ¿Cambio radical o repetición de estructuras exitosas? La pregunta queda a criterio de cada uno. Personalmente, no creo que poner a Lara más ligera de ropa, más joven, curando sus heridas, repitiendo mecánicas jugables ya exploradas, signifique un cambio radical en sí mismo. La respuesta para el nuevo lavado de cara podría venir, por ejemplo, desde su analogía con la arqueología.
Explotar y profundizar el concepto de “Lara Arqueóloga” permitiría desarrollar estructuras novedosas desde el punto de vista de la jugabilidad: obligaría al personaje a desarrollar la investigación de los “sitios arqueológicos”, buscarlos intensivamente, un verdadero rompecabezas de grandes dimensiones. Añade un concepto de exploración y recogida de datos que siempre da buenos réditos cuando se lo usa en algún juego (como en el caso, por ejemplo, de Batman Arkham Asylum), aunque claro, requerirá de un sinfín de conceptos propios de la ciencia, como la prospección e investigación sistemática de los datos, las excavaciones y demás cuestiones. Una vez hallados los sitios arqueológicos, ahí si embarcarse en la búsqueda del artefacto en cuestión. Claro que esto supondría meter a la saga en el pantanoso dominio de los sandbox, pero la idea sí que sería novedosa.
Desde que comenzó la saga, los artefactos simplemente “están ahí”, esperando a que los encontremos, cosa que de ninguna forma ocurre en el campo arqueológico, aunque de esta manera se “justifica” la aventura del personaje, al igual que ocurría con Indie.
De otra forma, por más innovación gráfica o artística que se introduzca, seguiremos jugando con la misma “asaltante de tumbas” de siempre: entrar en el lugar, enfrentarse a X enemigos, resolver X rompecabezas y salir con el artefacto de turno o el objetivo logrado sin gastarnos demasiado. En fin, que aunque se trate de una “Lara arqueóloga” o una “Lara profanadora”, de todas formas disfrutaremos cualquiera de sus juegos, como la primera vez que nos embarcamos en sus aventuras. Esperemos que los muchachos de Crystal Dinamics nos sorprendan con una aventura “radicalmente diferente”, como rezan en sus declaraciones.
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