La americanización de los videojuegos japoneses
Muchos de los videojuegos que llegaron al mercado estadounidense procedentes de Japón fueron modificados para hacerlos más atractivos al público americano. Por regla general, estas occidentalizaciones consistían en un cambio en el título, en cambios en los nombres de los personajes, y en una nueva carátula que, salvo contadas excepciones, era peor que la nipona. Generalmente estos cambios eran insignificantes comparados con la violación sufrida por los videojuegos basados en series de anime de éxito, especialmente a finales de los años ochenta y principios de los noventa.
Es bien sabido que cuando un manga alcanza el suficiente éxito, se adapta a una serie animada y se empieza a comercializar variado merchandising, entre este merchandising destaca el propio videojuego. Si las compañías pensaban que valía la pena arriesgarse, el videojuego atravesaba las fronteras y llegaba a occidente, pero por el camino se encontraría con dos problemas:
1- En su viaje a Europa realizaba una parada en Estados Unidos donde sufría importantes modificaciones.
2- El manga o la serie animada todavía no había alcanzado fuera de las fronteras del país del sol naciente el éxito que tendría en los años posteriores.
Por ello, y en vez de aprovechar el juego para promocionar la franquicia, las compañías optaban por americanizarlo eliminando cualquier referencia a la serie manga original creando en ocasiones verdaderos despropósitos con tintes surrealistas.
Dragon Ball / Dragon Power
Dragon Ball es la serie manga por antonomasia, la principal referencia para cualquier mangaka de hoy y el pistoletazo de salida del boom del anime; la Biblia de todo otaku que se precie. Pero ni así su primer juego se libró de caer en las crueles garras de los «modificadores». Freezer, Cell y Boo son simples monjitas de caridad comparadas con ellos.
En el juego original japonés (ドラゴンボール 神龍の謎 Doragon Bōru: Shinryuu no Nazo), se nos narra la primera saga de la obra de Papá Tori (¡sí!, ¡yo le llamo así!, ¿qué pasa?), que abarca desde que Goku conoce a Bulma hasta su enfrentamiento con el malvado Pilaf y la aparición del dragón Sheng Long. Desde una perspectiva aérea que se transforma en lateral a la hora de enfrentarnos a los jefes finales controlaríamos a Son Goku en su devenir en pos de las siete bolas del dragón. Pero siendo sinceros, el juego en sí no es ninguna maravilla: sus gráficos son más bien modestos y la jugabilidad deja bastante que desear, y seguramente hubiera pasado desapercibido si no se tratase del primer juego de la franquicia.
A pesar de estos factores, el juego se comercializó tanto en Europa como en Estados Unidos, pero por suerte para los europeos el juego llegó sin la modificación americana y simplemente se le cambió el título a Dragon Ball: Mystery of Shen long.
La versión americana en cambio fue una completa aberración. Para empezar el juego terminó llamándose Dragon Power, y en su nueva carátula aparecía el típico karateca enfundado en su kimono blanco (¿una posible referencia a Karate Kid?).
Sin embargo, este karateka sólo aparecía en la portada, ya que dentro del juego nos encontrábamos un extraño sprite modificado de Goku, que le hace parecerse más a un simio que a un humano.
Pero el popular protagonista de Dragon Ball no fue el único en sufrir absurdas modificaciones, el restante elenco de personajes también sufrieron los cambios en sus propias carnes. El mejor ejemplo es el de Muten Roshi, que fue reemplazado por un tópico, tradicional y venerable anciano maestro de las artes marciales, el cuál, vestido con una túnica azul ya no tenía libinidosos pensamientos a cerca de las braguitas de Bulma sino que sólo soñaba con un simple sándwich.
También cambiaron las bolas del dragón por bolas de cristal, la música del juego, el nombre de Bulma por el de «Nora», el nombre de Yamcha por el de «Lancer», Oolong se llamó «Pudgy», etc.
Tecmo Cup
Con este ejemplo un servidor se quiere extender un poco, ya que este juego me hizo pasar buenos ratos en mi niñez. Cuando uno es pequeño siempre quiere emular a su ídolo futbolístico (ya sea real o imaginario). En este último caso, tenemos como ejemplo más claro a los personajes de la serie Captain Tsubasa (más conocida en España como Oliver y Benji o Campeones, y en hispanoamérica como Supercampeones). Todos queríamos ser como Oliver Atom, pero yo, desgraciadamente, me parecía más a Bruce Harper en lo referente a recibir balonazos en la cara…
Algunas superestrellas del fútbol de élite como Fernando Torres, admitieron ser gran fans de la serie. Pocos alcanzaron esa meta (salvo en lo referente a lanzar trallazos destroza-gradas, pegar unos saltos más altos que el propio estadio y correr sin parar distancias eternas). Sin embargo, pera la mayoría de los mortales, el Tecmo Cup fue uno de los juegos que nos brindó la oportunidad de convertirnos en un «Oliver» y proclamarnos campeones del mundo (más o menos…).
Lejos de lo que ofrecía el Fifa de la época, los juegos de Tecmo intentaban trasladar toda la emoción e intensidad de la serie original al campo dejando a un lado el realismo. Por ello crearon una extraña mezcla entre fútbol, RPG y ciertos elementos de estrategia en tiempo real. Los partidos se desarrollaban mediante escenas cinemáticas en las que se podía ver al jugar recorrer el campo, y en el momento que se quisiese, o en el que un rival nos cerrase el paso, se decidía qué hacer puesto que todo funciona mediante menús. Aunque pueda parecer raro y confuso a la hora de jugar, la verdad es que es muy fácil de controlar y tal es así que se convirtió en una fórmula que garantizaba el éxito y que se repetiría en los posteriores videojuegos basados en Captain Tsubasa.
Vistas las características del juego pasemos a hablar de su americanización. Los chicos de Tecmo decidieron lanzar el videojuego al mercado occidental puesto que la serie en la que se basaba estaba triunfando en medio mundo, pero por desgracia el juego, antes de llegar a Europa cayó en manos americanas…
En Estados Unidos el fútbol no es un deporte muy popular, y por ello la serie Captain Tsubasa apenas era conocido por los yankees. Optaron entonces por modificar prácticamente todos los gráficos del juego y por rediseñar todos los rostros de los protagonistas. Cualquier referencia a la serie de Takahashi fue eliminada, y el juego acabó siendo protagonizado por un insípido personaje rubio que no hacía otra cosa que restarle atractivo al producto. Sólo se salvaron de la quema el comentarista deportivo y el árbitro.
Como cabe esperar, al cambiar de aspecto a los jugadores hay que cambiarles también los nombres y la historia para que esta tenga algo de sentido. Así Oliver Atom pasó a llamarse Robin Field, una joven promesa del fútbol que desea convertirse en una superestrella del balompié tal y cómo lo fue su padre (que en la versión original no es nada más y nada menos que Roberto Zedinho). Para ello se apunta en un recién formado equipo de fútbol llamado los Razors (New Team o Gavilanes, según la versión) con la intención de competir contra otros equipos del país para ganar el campeonato. Una vez logrado el objetivo la meta ese convierte en la conquista de la copa del mundo.
En la llegada del juego a Europa, donde la serie sí gozaba de éxito, estaba claro que el juego se basaba en Captain Tsubasa por muchas modificaciones y cambios que hubieran realizado los americanos. Era fácil ver las similitudes entre por ejemplo, Damon y Mark Lenders (Kojiro Hyuga), Eddie Hese y Ed Warner (Ken Wakashimazu) o Cecil (hermano de Robin en esta versión) y Tom Baker (Taro Misaki). También era de agradecer que en aquella época fuese uno de los pocos juegos de NES traducidos al castellano, lo que le hizo ganar puntos y aumentar su popularidad. Aunque a veces también te encontrabas con algún que otro error de traducción.
Por último decir que el Tecmo cup se puede considerar un juego de extremos, ya que te gusta mucho o nada. No hay término medio y las razones son varias:
1- Su extraño sistema de juego (ya comentado) no caló lo suficiente en la comunidad gamer.
2- La elevada dificultad del título. Había guardametas de relleno que paraban incluso los supertiros.
3- Los larguísimos y complicados passwords. Un error en la copia del mismo te obligaba a repetir el anterior partido, y si te equivocabas copiando el anterior pues te obligaba a repetir dos, y así indefinidamente hasta volver a empezar el campeonato desde cero. Escribir el password bien y a la primera provocaba una sensación parecida a la de ganar un encuentro.
Ranma 1/2 / Street Combat
Debo confesar que la serie más popular de Rumiko Takahashi nunca me ha gustado, pero dejando los gustos personales a un lado, no me parece correcta la conversión que ha tenido que sufrir este pobre juego. Ranma 1/2 Chounai Gekitou Hen es un arcade de lucha al más puro estilo Street Fighter, y al igual que el Dragon Ball, no destaca especialmente en ningún aspecto (incluso tiene varios puntos flojos). Su único atractivo es la posibilidad de manejar a los personajes de la serie.
En su transformación yankee, el juego adoptaría el título de Street Combat y eliminaría el único aspecto interesante del juego, los personajes. A éstos les serían modificados los sprites para transformarlos en individuos completamente distintos y absolutamente extravagantes. Así pues, Ranma chico se transforma en un tipo rubio con traje robótico llamado Steve, mientras que Ranma chica acabaría siendo Steve pero sin la armadura. Genma Saotome se convierte en un tipo negro con gafas de sol y pelo rosado, llamado Tyrone. Kodachi se travistió y se transformó en un payaso con malas pulgas llamado Dozo, mientras que su hermano Kuno Tatewaki se cambiaría por G.I.Jim, el típico soldado estadounidense alegremente armado con una espada. Podría seguir hablando de los cambios en el resto de personajes pero creo que no hay nada mejor que verlos uno mismo.
¿Cuál crees que ha salido peor parado? Yo me decanto por Ryoga.
Hokuto No Ken
Hokuto no Ken, más conocido por estos lares como «El Puño de la Estrella del Norte» también tuvo su propia serie de videojuegos. El primero apareció en la NES y básicamente era un «yo contra el barrio» con vista lateral siguiendo los cánones de la época. Más tarde saldría otro juego de la franquicia para la Master System, que, básicamente seguía la misma filosofía de abrirse paso a puñetazo limpio.
En esta ocasión las modificaciones americanas se debieron más a problemas por parte de la compra de licencia de los personajes a Toei pues el manga era ya famoso en USA. Sea como fuese, era de esperar que cualquier referencia a la obra original se eliminara. En Black Belt, Kenshiro sufre un proceso de mutación y se transforma en Riki, el típico karateca genérico al estilo de Ryu pero sin carisma. Su misión será rescatar a su novia de las garras de los malos del turno. ¡Qué bella época era aquella cuando no había que estrujarse la cabeza para crear una historia!
Los enemigos básicos también fueron modificados al igual que el prota, y ya no eran motoristas punkys sino luchadores de Kung Fu, monjes Shaolin, ninjas…
Y como dichos personajes se encontraban desubicados con los escenarios postapocalípticos del juego original, pues éstos también fueron sustituídos por paisajes tradicionales asiáticos.
A pesar de estas modificaciones, si hay algo que se conservó del juego original , y es la muerte de los malos, que siguen muriendo en una explosión de Sprites. Una burda forma de representar las carnicerías que hacia Kenshiro con sus enemigos.
Fuentes: Retrones – Meristation – Game Spy – Yo creo que no
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