Katawa Shoujo, chicas con sorpresa
La capacidad del ser humano para superarse a si mismo cada día es sorprendente. Echando la vista atrás es inquietante observar como hace 10 años un tablet era un sueño impensable de la misma manera que un troglodita quedaba asombrado por las tremendas ventajas que aportaba la rueda en su tiempo. Los avances tecnológicos y sus frutos han moldeado firmemente la sociedad hasta el día de hoy, y lo siguen haciendo lenta y secretamente. Por desgracia, el mismo ser humano que es capaz de engendrar tales maravillas, tiene la misma capacidad para pervertir su uso hasta límites insospechados en los que uno no sabe si reír, llorar, o simplemente subir a lo alto de una montaña para exclamar al mundo un profundo ¡WTF!
La historia que hoy nos ocupa podría remontarse muy atrás en el tiempo, durante un bonito atardecer en un mercado (o ágora) cualquiera de la antigua Grecia, pero no es menester hacer la historia tan larga. Es de suponer que muchos de los aquí presentes tendrán conocimiento o habrán visitado alguna vez ese crisol de culturas y opiniones que es 4chan. A pesar de que la mayor parte de la sociedad considera el sitio como un lugar repleto de pornografía de todo tipo, algunas de sus secciones no son del todo malignas y tienen un contenido muy interesante. Sobre todo la sección de anime (conocida como /a), donde se pueden encontrar dibujos hechos por aficionados que le dejan a uno con esa envidia malsana por tener los dedos porrones y de sólo saber usar la mano para tomar de rehén a la salchicha. Fue en ese lugar donde el 4 de enero de 2007 se plantó la semilla de un título diferente y turbador.
Todo comienza cuando un usuario anónimo publicó unos bocetos de como sería un juego inspirado en un manga de un autor conocido como Raita. Desde ese momento, todo el que pasaba por allí expresaba su opinión de como querría que fuese el argumento, desde tiernas historias de amor pasando por dramones culebrónicos, hasta las más oscuras fantasías sexuales que uno pueda tener. Todo esto pasó a un foro donde se discutía, se escribía y se dibujaba, hasta que los usuarios más activos se juntaron en un equipo conocido como 4Leaf Studios y comenzaron el desarrollo del juego en el verano de 2007 de manera totalmente desinteresada. Tras cinco años de largo desarrollo por fin salió a la luz pudiéndose descargar gratis para cualquier sistema operativo. Resulta encomiable que para ser un juego hecho por aficionados, cada uno de un país diferente y en plan compadre el acabado es francamente notable, teniendo el juego una bonita banda sonora, fondos agradables a la vista y un diseño de personajes que…bueno, todo muy profesional.
Katawa Shoujo (literalmente, chicas discapacitadas) nos pone en la piel de Hisao Nakai, un chavalín que al declarársele una bella muchachita está a punto de morir por culpa de un defecto cardíaco congénito que se le junta con la emoción del momento, por lo que tiene que pasar un par de meses en el hospital. Al terminar su convalecencia no lo mandan a casa a guardar reposo, no, eso sería demasiado sencillo y no habría nada que contar. En lugar de eso, sus padres deciden internarlo en el Colegio Yamaku para jóvenes discapacitados, donde aparte de tener un servicio de atención médica las 24 horas con personal altamente cualificado, estudian unas alumnas que serían el sueño del gran Antonio Recio. ¿Dónde dice que no se puede ser una lisiada de pechotes revoltosos? El caso es que nosotros los jugadores, tendremos que ayudar al bueno de Hisao tomando una serie de decisiones que influirán en la relación que tendrá con cada una de las protagonistas. Básicamente lo que hay que hacer durante todo el juego es hartarse de leer y tomar las decisiones que se crean oportunas para vivir nuestra tierna historia de amor.
A priori uno puede pensar que se va a enfrentar a un juego desagradable por la mera circustancia de tocar un tema algo delicado y pertenecer al género eroge, pero cuando uno se mete en la historia y empieza a leer línea tras línea, uno no puede evitar sentir que está frente a que esta trabajado con mucho cariño y dedicación. Todos los personajes están muy bien perfilados, cada uno con sus traumas, complejos, problemas y…bueno, su detallito sin importancia. Lo malo es que uno no puede evitar que le entre esa risa traicionera cuando se se llega a un tipo de situación en el que los ojos juegan una mala pasada y postran su línea de visión en un lugar donde debería haber algo que no está. Esto genera no uno, sino varios momentos de «soy una mala persona y voy a ir al infierno por reírme de todo esto».
A estas alturas, el lector se estará preguntando ¿pero… hay guarrerida española o no? La duda ofende, ya que un juego de tales características tenía que tener su toque picante para atraer a esas enfervorizadas masas que buscan algo diferente. Lo fundamental es cortejar debidamente a la dama elegida. Evidentemente a la muchacha ciega no se le puede decir «ya veo lo que me quieres decir», de igual manera que es de mala educación rascarse el pié delante de la alegre lisiada. Además de las señoritas antes mencionadas, está la muchachita que no tiene brazos, la sorda que además es delegada de clase y la hija de Harvey Dent (véase a la foto de abajo para comprender el lol). Con un plantel de féminas como este es difícil elegir con quién se quiere llegar hasta el final para así lograr conocerlas por entero…quiero decir, a fondo.
Las escenas para adultos pueden desactivarse desde el menú de opciones para hacer la historia de amor más onírica y refinada todavía, pero cuando estas llegan, aparecen de una manera muy natural y provocando que esa risa floja antes descrita aflore cuando llega el momento de desnudarse y bueno, uno empieza a pensar cómo actuaría en una encrucijada de esas proporciones. Encima de todo, hay situaciones en las que el bueno de Hisao puede morir, ya que su corazón no está para muchos trotes, ya que siempre hay una chica pidiendo guerra de una u otra forma y ahí se encuentra nuestro audaz protagonista dispuesto a encarar todo tipo de problemas de cualquier manera o postura posible.
Como se suele decir, cada persona es un mundo, pero en el caso de Katawa Shoujo, cada chica es una decisión. Uno no puede evitar reírse de la saga Mass Effect y su sistema de decisiones. ¿Qué mas dará que mueran chorrocientos mil batarianos o krogan pudiendo vivir un amor de ensueño con una chica ciega y llevarla a pasear al campo a ver una bonita puesta de…? Pero al igual que en la aventura galáctica, si se elige malamente, la cosa puede acabar condenadamente mal, con una pobre muchacha de rodillas en el suelo llorando desconsoladamente porque su discapacidad impide que otros puedan llegar a amarla. Es inquietante observar lo complicado que es tomarse este juego en serio, quizá sea que aquí en occidente somos menos sensibles y se soporta menos la ñoñeria.
Es innegable que Katawa Shoujo es algo diferente, nacido a partir de una cósmica y cómica casualidad, desarrollado por unos cuantos apasionados del género, lleno de pequeños detalles y con un planteamiento distinto. Cierto es que hay juegos que son mucho más subidos de tono, pero estos no cuentan con una legión de fans que lo defienden a muerte y arden en deseos de ver convertida esta historia en un anime con todas las de la ley. Pero lo mejor estar por llegar, ya que solo hay que sentarse a esperar a que internet escupa la siguiente bizarrada con la que muchos se llevarán las manos a la cabeza pensando que nada puede superar lo que acaba de ver. Yo ya estoy esperando.
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