Journey to Silius: el olvidado
Si empezáramos a nombrar todos los juegos buenos que posee una consola tan mítica como la NES, necesitaríamos tantas páginas que podríamos hacer una especie de Biblia del videojuego. Nadie que haya probado joyas del calibre de Super Mario Bros., The Legend of Zelda, Metroid, Final Fantasy o Dragon Quest las podrá olvidar jamás. Además, todas estas sagas, originadas en NES, se han convertido en fructíferas franquicias que aun hoy están a pleno rendimiento. Sin embargo, la 8 bits de Nintendo también dio cobijo a una serie de juegos sin tanto potencial mediático, pero con una calidad igual o, en algunos casos, superior a los mencionados títulos, lo cual es mucho decir. Si hace unos meses hablábamos del genial Blaster Master, hoy queremos dedicarle unas líneas a otro must have de Sunsoft: Journey to Silius (Rough World en Japón).
Para empezar, hay que decir que JTS iba a ser una adaptación de la película The Terminator, de la cual sobran explicaciones. Sunsoft estaba especializada en este tipo de productos, adaptando múltiples películas en juegos para NES, y de muy alta calidad además. El juego The Terminator estaba prácticamente acabado y ya se habían podido ver algunos pantallazos en las revistas especializadas de la época. Sin embargo, finalmente la empresa japonesa perdió los derechos de la película protagonizada por Schwarzenegger, y conscientes de que habían programado un gran videojuego, se aventuraron a lanzarlo al mercado con un nuevo guión y numerosos cambios gráficos, aunque obviamente la ambientación aun transpiraba Terminator por todos sus poros. Con esta premisa Sunsoft y Tokai Engineering lanzaron al mercado Rough World (a veces lo he encontrado escrito como ‘Raf World’, pero es una malinterpretación del título original -[rʌf] WORLD-, en el que la palabra ‘rough’ está transcrita fonéticamente ) en 1990. Cabe decir que la licencia de la película de Cameron se la llevaron finalmente los patanes de Mindscape, que encargaron a Radical Entertainment la realización del juego, dando como resultado una aberración total de cartucho (de hecho está considerado como el peor juego de la historia basado en la franquicia).
El protagonista de JTS es Jay McGray, el hijo del científico que consiguió que la humanidad pudiera vivir en colonias espaciales, debido a la superpoblación que azotaba el planeta. En el año 0373 del calendario colonial, un espantoso suceso ha tenido lugar en la colonia 428 del SSS (Silius Solar System), explotando y quedando reducida a la nada, llevándose por delante al padre de Jay y todo su equipo de investigación, además de todos los datos recopilados hasta la fecha. Jay, consternado, descubre pocos días después, en el despacho de su difunto padre, un disco con un mensaje de su progenitor: Unos terroristas espaciales poderosamente armados planean la aniquilación de las colonias y sólo Jay puede hacerles frente. Aunque según la prensa la destrucción de las colonias ha sido debida a un accidente, Jay sabe que en realidad ha sido cosa de los susodichos terroristas, con lo cual se dispone a vengar el legado de los McGray y a finalizar él lo que no pudo acabar su padre.
JTS es un shooter run & gun con una jugabilidad similar a la de la saga Mega Man (aunque sin una dificultad tan elevada), donde llevaremos a Jay por 5 niveles de lo más post-apocalípticos y cybernéticos, donde nos enfrentaremos a la horda de robots controlada por los terroristas espaciales. Al final de cada nivel nos espera una gigantesca bestia mecánica que ocupará buena parte de la pantalla. Para vencerla dispondremos de una nueva arma en cada nivel, eso sí, con una munición limitada, al contrario del arma estándar de Jay, que tiene munición infinita.
El juego cuenta con un apartado visual excepcional, con una ambientación muy lograda y que hereda lo mejor de la película en la que se basa de manera no oficial, recordando especialmente al distópico futuro que le espera a la raza humana -cuando Skynet se rebela en contra de la humanidad-. El apartado musical es un caso aparte, puesto que puedo afirmar sin temor a que se me echen encima los lectores que JTS es posiblemente el juego con mejor banda sonora de todo el catálogo de la NES (y de los juegos de 8 bits en general). Puede parecer exagerado, pero la música que compuso Naoki Kodaka, además de irle como anillo al dedo a la ambientación del juego, está magistralmente compuesta y suena especialmente fuerte y nítida por ser un juego de NES. El canal DPCM de la NES fue usado para reproducir sonido sampleado de bajo real, con lo cual se consigue una música increíble para una consola de estas características, comparable al resultado conseguido por el chip que usó Konami con Dracula Densetsu (que quitaron cuando hicieron la conversión occidental; Castlevania 3). Para que los lectores de Pixfans puedan juzgar, ahí va la música de algunos niveles de JTS.
Stage 3
Las diferencias entre la versión japonesa y la versión occidental son mínimas, aunque curiosas. Al perder la licencia de la película The Terminator, Sunsoft optó por una estética heredera de Star Wars (como se puede apreciar viendo el artwork original nipón). En cuanto a la versión americana, decidieron cambiar el sprite de Jay, que pasa de ser azul a blanco, y sin casco, mostrando su cabello castaño. Como curiosidad, la versión PAL de JTS sigue las premisas de la versión USA pero con el sprite original, con el traje protector azul. Las portadas americana y europea son iguales, sólo que cada una con su respectivo sprite protagonista. Como curiosidad, Rough World está disponible para Playstation en la recopilación Sunsoft Memorial Series Vol. 5, junto al mítico Herebeke (U·four·ia The Saga en Europa), aunque para mi gusto la música no está bien emulada.
En definitiva, uno de los juegos que más me hicieron disfrutar en mi infancia, y un cartucho para el que no pasan los años, puesto que es igual de jugable y divertido hoy en día que hace 20 años. Afortunadamente, aun tengo mi copia original de NES bastante bien conservada y a veces sólo con mirar la caja me teletransporto por unos instantes a aquella fascinante época. En cualquier caso, siempre se puede recurrir a los emuladores para probar esta joya intemporal (por ejemplo, yo lo suelo jugar en la Dingoo). Estoy seguro de que el viaje a Silius no os decepcionará.
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