El universo de la Estrella Roja
El mundo del cómic, como también pasa con el de la literatura, es fuente constante de inspiración para diversas actividades como el cine, los videojuegos y el coleccionismo, por poner algunos ejemplos. Generalmente, conocemos de antemano el personaje protagonista de un comic a la hora de ver una película basada en él o un videojuego en el que sea partícipe. Cuando salió a la luz el film Spiderman protagonizado por Tobey Maguire, todo el mundo conocía ya al personaje, producto del éxito que supuso la historieta del querido Stan Lee. Cuando Batman incursionó hace poco en el mundo de los videojuegos, de la mano de Arkham Asylum, no hacían falta muchas palabras de presentación, pues ya todo el mundo conoce al encapotado. No es el caso que les voy a narrar, pues tuve la suerte de descubrir todo un universo gracias a una simple consulta a un foro, cuyo tema principal era recomendar beat´em up de la pasada generación. Entre muchos títulos de calidad que tuve la oportunidad de probar, uno llamó poderosamente mi atención, pues si bien se trataba de un juego orientado a la jugabilidad clásica, el diseño de ciertos personajes y el arte de algunas de sus imágenes me hacía recordar muchísimo al cómic norteamericano. Decidido a investigar, me encuentro con que el juego en cuestión en realidad está inspirado en un cómic de gran calidad, que disfruté de principio a fin en su formato digital. Permítanme introducirlos al mundo de la Estrella Roja. Permítanme hablarles en este post sobre The Red Star, tanto en su versión de novela gráfica como en su experiencia virtual.
The Red Star es un cómic norteamericano que vio la luz en el año 2000, de la mano de la editorial Image Comics, producto de una “renovación” que quiso darse en la empresa, en ese momento con problemas internos cada vez más grandes. La idea y concepto de la historia es obra de Crhistian Gossett, persona prolífica en el mundo del entretenimiento gráfico. Se le conoce por haber formado parte del equipo en Lucas Films, principalmente por su participación en los diseños del Episodio I de Star Wars. Entre otros de sus colaboradores debemos reseñar a Paul Schrier, que trabajara en la serie Power Rangers (y sus posteriores reediciones, refritos y películas) encarnando el papel del pesado Bulk. En este caso, en el cómic, se encarga del arte generado por ordenador. The Red Star tuvo una amplia aceptación en el mundo del cómic, tanto por su cuota gráfica como por su singular vuelta de tuerca a un tema explotado hasta la saciedad: la Guerra Fría. El éxito de este cómic hizo que su creador se desligara de Image luego de haber publicado la primera parte de la historia, fundando en el transcurso Archangel Studios. Esta empresa es la que se encargaría de publicar la segunda parte de la historia principal, así como también una pequeña parte que transcurre entre los números de la primera publicación, y una continuación conocida como The Swords of Lies. Todas sus publicaciones posteriores son consideradas, unánimemente, de menor calidad que la publicada por Image.
La historia nos presenta un futuro alternativo, en el que después de la segunda Guerra Mundial la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) se consolidó en la cima del poder mundial, aunque para evitar problemas evidentes, se hace referencia a ella como la República Unida de la Estrella Roja. En palabras del propio Gossett, se trata de imprimir en todo momento cierto misticismo a la idea de una república prolífica, y para ello se hace uso del sci-fi, lo cual da excelentes resultados a pesar de lo raro que puede sonar. En este futuro alternativo, magia y tecnología se funden en partes iguales para presentarnos un escenario de conflicto mundial. El “Estado”, como se le nombra a la Unión Soviética en el cómic, se halla en guerra con otro estado de incipiente poderío, Al’Istaan. A pesar del carácter épico e imaginario de la historieta, no se tiene ningún problema en dejar en calor la ubicación geográfica real de los contendientes. Gracias a ello, podemos comprobar que el Estado está formado en los antiguos territorios que ocupara la URSS, y que Al’Istaan está ubicado en el actual territorio de Afganistán, y se extiende hacia la región mesopotámica asiática.
La historia es contada retrospectivamente por Maya Antares, quien recuerda la muerte de su esposo durante la invasión de la Flota Roja a Al’Istaan, en conjunto con el Estado, que fracasa en su intento, siendo destruidos por Kar Dathra el Inmortal y su poder proveniente de los caídos en combate. Es entonces cuando Maya recuerda la búsqueda de su marido entre los restos de la Flota caída, comprobando en el camino como el espíritu de los muertos también toma parte en el conflicto. La historia se centra en la explicación de este extraño suceso, en el que la magia, la guerra y la manifestación de los espíritus forman el cuadro de situación. Desde luego, la historia es mucho más compleja.
La historia puede llegar a parecer una recopilación de diversas ideas ya vistas en el mundo del cómic, pero su buena narrativa y su intenso trasfondo político hacen que su lectura se disfrute. Donde el cómic gana varios enteros es en su potente apartado gráfico. Sus páginas mezclan dibujo tradicional a mano, conjugado con fondos, escenarios y vehículos generados con herramientas de ordenador. Para ello, Gossett se apoya en el trabajo de un numeroso equipo, conocido como el Red Star Team (originalidad por las nubes, como el Team ICO…) que se encarga de trabajar el cómic en diversos aspectos de forma separada, siempre basándose en los diseños originales y el concepto de su creador. El resultado es excelente, traduciéndose en espectacularidad aún en las imágenes que no muestran el conflicto armado.
La extraña mezcla de arte tradicional, que se puede comprobar por ejemplo en el diseño de los uniformes de la Flota, parece tener una especial comunión con todo lo relacionado con la tecnología, por lo demás bien representada. Hay imágenes realmente espectaculares, como aquella que nos muestra los primeros compases del conflicto en Al’Istaan, en donde se representan las magníficas naves de la Flota Roja: según descripciones de la historia, llegan a medir varios kilómetros. El entintado y los colores cumplen siempre, mostrándonos cierto predominio de los tonos rojizos (exceptuando algunas escenas), quizás en consonancia con el planteo de “guerra del desierto”, aunque en posteriores entregas del cómic también encontraremos partes del relato que se centran en la República, escenario frío como solo Rusia puede proporcionar. En todo caso, la potencia de este apartado es magnífica, de lo mejor que nos ha dado el cómic contemporáneo.
El juego que en él está inspirado tiene el mismo nombre, The Red Star, y fue originalmente concebido para correr en la consola XBOX, idea que sería descartada posteriormente. Finalmente, y ante la quiebra de su desarrollador, Acclaim Studios (se me cae una lagrimita… Turok…) la posta fue tomada finalmente por el mismo Archangel Studios, y distribuido por XS Games, pero jamás vería la luz para la consola en cuestión, a menos que contemos con su aparición en la revista oficial de XBOX en formato demo. En donde si sería publicado sería en PS2 en el año 2004, justo antes de la quiebra oficial del estudio Acclaim. El juego fue reversionado para PSP en el año 2010, esta vez en formato descargable a través de PS Network. El planteamiento del gameplay es claramente retro, valiéndose para ello de los principios de beat´em up, con algunos toques de shot´em up. Nos valemos de tres personajes, dos disponibles desde un principio y uno desbloqueable, con características propias y bien definidas. Por un lado tenemos a Makita, una rebelde que tiene su propia historia dentro del cómic. Sus habilidades se basan más que nada en la velocidad de sus movimientos, reduciendo para ello el daño hecho en los enemigos, pero de excelentes resultados para el jugador “machaca botones”. Por otro lado tenemos a Kyuzo, que en la historia representa al guardaespaldas de Maya Antares. Es el típico personaje enorme y forzudo, de buen resultado si se quiere batir el escenario a mamporro limpio. Y también tendremos la oportunidad de jugar con la propia Maya Antares, un personaje que se vale de la magia para el combate.Cada uno de sus personajes posee diversos power ups, que podremos desarrollar una vez terminemos el nivel. Cada uno de los niveles, una vez completados, nos evalúa siguiendo un ranking clásico (S, A, B…) que nos dará puntos para desarrollar las características de los personajes: mayor velocidad de movimiento, mejoras de fuego en cada una de las tres armas de cada personaje, mayor cantidad de “barra de vida”, entre otros. Los movimientos de los personajes, si bien se antojan pocos, nos ofrecen la cantidad justa para una buena experiencia de juego, en conjunción con la utilización del arma a distancia. Así mismo, cada personaje posee una habilidad extra, más poderosas que las normales, que se utiliza mediante el triángulo.
La variedad de los enemigos es justa, y no da la sensación en ningún momento de repetitividad. Cada uno de ellos tiene su pequeño truco para derrotarlos, que debemos descubrir a medida que los enfrentamos. Mención especial para los jefes finales: son difíciles con ganas, llegando a desesperar algunos, y siendo espectaculares la mayoría de los enfrentamientos. El Final Boss es digno de cualquier hardcore, por lo que se recomienda jugarlo solo por ello. Quizás ésta es la única pega que le encuentro al juego: es extremadamente difícil, hasta en el nivel de dificultad más bajo. Pero esto tiene que ver con su planteamiento desde las bases del género, lo que deriva en su dificultad endiablada, como bien nos enseñaron los beat´em up noventeros. El juego cumple gráficamente, casi no ralentiza a pesar de la cantidad de enemigos que puede representar en pantalla. Los escenarios cumplen en gran medida con los diseños vistos en el cómic: si bien no ofrecen su espectacularidad, se puede notar en todo momento la inspiración de Gossett. Eso sí, los personajes son bastante poligonales, por lo que se pierde bastante la esencia de los más reconocibles, como Maya. En fin, es un juego que para nada pretende redefinir el género, sino que más bien “toma prestada” las mejores características de los beat´em up más reconocidos de la industria, y las representa de manera correcta en la pantalla. Lo recomiendo encarecidamente a aquellos que gozan de las experiencias retro, pues el juego recuerda a los videojuegos de antaño, en los cuales se exigía bastante al jugador, y la experiencia en general dejaba un buen sabor una vez finalizada. Para agregar más atributos, se puede jugar en cooperativo, aliciente casi necesario debido a la dificultad. Aquí un video del gameplay, para que puedan apreciar sus cualidades:
Y para terminar, para quienes ya conozcan estas obras y las sigan, cabe comentar que Warner Bros recientemente ha comprado los derechos para llevar The Red Star al cine. Esta noticia se ha hecho eco recientemente, poco antes de la apertura de la Comic Con, lo cual me ha hecho inmensamente feliz, y me ha movido a escribir el presente artículo. Ojalá la idea no se caiga y nos proporcionen una película a la altura de las circunstancias, ya que el material para trabajar merece la mejor de las representaciones en la pantalla grande. Y aquellos que no conozcan estos títulos, los insto a que los prueben y se sumerjan en el fascinante universo de la Estrella Roja, tanto en su excelente representación en cómics como en su divertido videojuego.
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