El centro multimedia del Airbus 330 de Aer Lingus [Viaje a Nueva York]
Hola gente. Aquí comienza una serie de artículos en los que contaremos cómo ha sido el viaje a Nueva York y todas las cosas interesantes que hemos ido viendo y que nos han llamado la atención. La verdad es que me hubiera gustado llevar las cosas al día. Es decir, haber escrito un artículo diario contando la jornada, pero tras las interminables caminatas que nos hemos pegado por Manhattan lo cierto es que, tanto a Amorín como a mi, al llegar a la habitación del hotel en lo único que pensábamos era en descansar para recuperar fuerzas para la siguiente jornada.
Una semana da para mucho. Hemos visitado un montón de sitios emblemáticos de Nueva York como el Empire State, el Museo de Historia Natural, Central Park… y también hemos tenido tiempo de entrar en un montón de tiendas de juguetes, de series, de cómics, de tecnología y de videojuegos… Ya iremos poco a poco contando cómo fue todo, pero para este primer artículo de la serie, no hace falta ni llegar a tierras americanas ya que habla del centro multimedia que tenía el avión Airbus 330 de la compañía Aer Lingus y que nos entretuvo a muchos durante la mayor parte del trayecto Madrid – Washington (allí haríamos escala y un pequeño avión CRJ200 nos transportaría al aeropuerto de La Guardia en Nueva York).
Parece que poco a poco las compañías de viajes se están dando cuenta de que además de transportar al pasajero deben entretenerlo, para que su viaje resulte mucho más agradable evitando que la gente se levante y estorbe, y de paso poder ofrecer de una manera más efectiva diversos avisos (algunos relacionados con el vuelo y otros con las ventas de productos). El avión en el que nos tocó viajar disponía de un curioso centro multimedia desde el que podíamos acceder a películas, series, videojuegos e información del vuelo en nuestra pantalla personal. ¡Y yo que había estado hasta las tantas de la mañana el día anterior llenando de películas el portátil y el iPad! Llegué con la batería casi llena al hotel.
Las películas estaban bastante bien, eran relativamente actuales: Tron, Little Fockers (Ahora los padres son ellos), TNMT, Cars… y el apartado de series no se quedaba atrás ya que podíamos seleccionar capítulos sueltos de Big Bang Theory o la genial Entourage (el Séquito), entre otras. Los videojuegos se llevaban la peor parte ya algunos eran demasiado sencillos (hundir la flota, blackjack, reversi…), otros eran infantiles (en su mayoría de Disney) y a los únicos que merecía la pena jugar eran clásicos de Atari, capaces de entretener durante un par de minutos, como era el caso del Centipede.
Para controlar el centro multimedia disponíamos de un mando que parecía una especie de fusión del pad de Wii con el de la Super Nintendo por una cara, mientras que por la otra podría pasar por un mando de una minicadena. También contaba con una ranura para pasar la tarjeta de crédito, aunque el contenido del que he hablado era accesible de forma gratuita (quizás esté para poder comprar estrenos o productos de los que se venden a bordo del avión). El mando se encontraba escondido debajo del reposabrazos izquierdo y estaba sujeto al asiento con un cable, aunque quien quisiera podía controlar todo desde la propia pantalla táctil.
Lo cierto es que hasta entonces no me había encontrado con un sistema de entretenimiento multimedia tan completo en ninguno de mis viajes, que, pese a estar algo desfasado en el aspecto videojueguil, cumple a la perfección su función de entretener con películas y series al viajero (apenas se veían a personas viendo vídeos en el portátil o en el móvil).
De todas formas, aún quedan cosas por mejorar. Quizás en un futuro estos cacharros sean capaces de ofrecer juego en red y acceso a Internet, pero me temo que para que eso suceda aún tendremos que esperar unos cuantos años. Al menos esto es un comienzo… Y tú, ¿has encontrado alguna vez con centros multimedia similares? ¿dónde?
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