El arte de los videojuegos
Nociones de arte
“En términos generales se denomina arte a la actividad o producto en los que el ser humano expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, a través de diversos recursos; como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte expresa percepciones y sensaciones que tienen los seres humanos que no son explicables de otro modo”.
Definición de la Wikipedia
Sin embargo, esta definición puede resultar ambigua o presentar puntos de vista dispares. De hecho en la actualidad, el mundo del arte se encuentra envuelto en controversias y polémicas que se bifurcan en teorías muy diferentes. Ni que decir tiene que a todos nos suenan frases del tipo «el arte es morirse de frío«, «ahora a cualquier cosa le llaman arte» o «pero si eso lo hace mi sobrino de cinco años«. Estos tópicos son el reflejo de la subjetividad y parcialidad que inunda el mundillo. Tanto es así que ni siquiera están bien definidas las diferentes disciplinas y manifestaciones del arte, aunque a día de son consideradas de forma ecuánime las siguientes:
- Arquitectura
- Danza
- Escultura
- Música
- Pintura
- Poesía (y literatura)
- Cinematografía
- Fotografía
- Cómic
Pero además de estas manifestaciones existen otros tipos de expresiones que son estimadas por muchos sectores de la sociedad como arte. Entre ellas nos encontramos con la televisión, la moda, la publicidad o los videojuegos. Y es en este último punto donde me voy a detener; pero no nos confundamos, no pretendo con este artículo conseguir que los videojuegos sean considerados un arte. Mi intención es simplemente arrojar un poco de luz al respecto, añadiendo datos, similitudes y paralelismos que acerquen los videojuegos al mundo del arte. Veamos un ejemplo:
En los albores de la humanidad el hombre siempre ha sentido el impulso irrefrenable de representar la realidad y todo lo que nos rodea, ya sea como medio de comunicación, religión o por mera diversión.
Desde tiempos prehistóricos hemos dibujado o pintado, este es el caso de la pintura rupestre, en el que podemos ver que en el apartado técnico no encontramos obras de importancia mayúscula. Del mismo modo vemos como el arte egipcio no derrochaba un dominio de la pintura o la escultura en cuanto a su manejo de la representación, que distaba mucho de la realidad ya que cumplía una función simbólica. Lo mismo pasaba en el arte gótico o románico.
A finales del siglo XIX el arte se encontraba, debido a su constante evolución, en un momento de gran madurez, donde ya hemos visto a pintores como Velázquez o escultores como Miguel Ángel que despliegan un derroche de cualidades técnicas abrumantes que llevan al arte de la representación a su cénit. De esta forma se desarrollarían dos vertientes e ideologías, los realistas y los esteticistas, dos movimientos que surgirían dentro del seno del estamento artístico.
Por un lado los realistas defendían la función mimética (representativa), en la que veían al arte como un instrumento para representar la realidad de la forma más cercana y fidedigna posible. Una de las cosas que siempre se critica de esta vertiente es la falta de originalidad e imaginación en las obras.
En contraposición se encontraban los esteticistas, que defendían el arte por el arte, donde la forma, o la estética de una obra era lo importante por encima de representar algo fiel a la realidad, en donde el arte fuese algo totalmente independiente de la vida, y no estuviese sujeto a las leyes de la naturaleza. A esta manera de ver el arte se le acusaba que resultaba vacío y carente de contenido.
Estos eran algunos factores internos en la evolución del arte a finales del siglo XIX. Si a esto le añadimos factores externos como cambios en la sociedad y la aparición de la cámara fotográfica, que relegaría de su función mimética al arte. Vemos como todo esto converge en la aparición de las vanguardias (siglo XX), que se acercan al concepto más moderno que tenemos hoy en día del arte (ese que se acerca a la abstracción), más alejado del denominado arte clásico, ligado a la realidad y su representación.
Hay que tener en cuenta que todo lo que he expuesto hasta ahora es un resumen a grandes rasgos del mundo del arte para que resulte comprensible a gente que no se codea habitualmente con estos temas. Una vez soltado este tostón vamos con el meollo del asunto.
Podemos encontrar un paralelismo muy significativo entre el arte y los videojuegos. En la actualidad también existen dos vertientes en el mundo de los videojuegos en cuanto a aspecto estético se refiere, los realistas y los esteticistas. Me explico.
A lo largo de su historia los videojuegos han sufrido una marcada evolución. En un principio (años 70-80) la potencia de las videoconsolas y ordenadores a nivel técnico era escasa, por tanto se utilizó como recurso estético dotar a los gráficos de los juegos con un aspecto infantil influenciado directamente por los dibujos animados. Aunque como podéis comprobar más que una influencia era una imposición, la capacidad técnica de estas máquinas no daba para más. Esto conllevó a que se vieran los videojuegos como un juguete para niños.
Con la evolución técnica llegaría la evolución estética. Vemos como conforme avanzan las capacidades técnicas de las videoconsolas (y ordenadores) también progresa su aspecto gráfico, y de rebote el contenido y argumento de los juegos. Una consecuencia de esto es la evolución en la edad media de los jugadores, que pasaría a ser una edad más madura. Percibimos como con la llegada de los 32 bits y sobretodo con la aparición de los 128 bits los juegos alcanzan un nivel gráfico impresionante muy próximo a la realidad. El cenit gráfico se estaba alcanzando, y a cada paso nos despojábamos más del aspecto infantil que imponía la dictadura técnica.
Pero llegados a este punto nos damos cuenta que tenemos el poder para manipular la realidad a nuestro antojo. Podemos optar por dotar a los juegos de una estética realista o por otra más alternativa, esteticista, que nos ofrezcan diversos mundos o realidades distintas, tanto en su argumento como en su aspecto estético. Veamos unos ejemplos de las dos vertientes.
Realistas
Este tipo de juegos puede ofrecernos de forma habitual unos gráficos realistas ambientados en momentos históricos reales tales como Call of Duty. Este shoot`m up nos metía en la piel de un saldado en plena Segunda Guerra Mundial, y para ello se nos presentaba con unos gráficos muy cercanos a la realidad.
Otro caso puede ser la saga Metal Gear a partir de su aparición en PSX, con un argumento inspirado en lugares, naciones, armas y demás objetos reales que nos proporcionaba una historia ficticia de los más entretenida, superando en muchas ocasiones a producciones cinematográficas de un marcado carácter bélico o de acción. Ni que decir tiene que su estética gráfica realista es de una gran calidad.
También encontramos casos en los que juegos de corte realista, estéticamente hablando, nos ofrecen un argumento fantástico, con mundos alternativos donde todo lo que nos rodea es creado a partir de cero (objetos, arquitectura, vehículos, etc.). Aquí toca hacer una mención especial a la saga Final Fantasy, más concretamente a partir de su décima versión lanzada para PS2. En este juego vemos un mundo inmenso en el que solo hay lugar para la magia y la ilusión, pero donde se nos muestra un estilo cercano a la realidad en cuanto a la estética se refiere, alejándose así de otras versiones como la VII o la IX, en las que se nos ofrecían personajes superdeformados cercanos al estilo manga típico japonés.
Esteticistas
Si hablamos de esteticismos en los videojuegos la inercia nos lleva directamente a una empresa, Nintendo. Sus orígenes como empresa juguetera han incidido en su acentuado carácter infantil a lo largo de todos sus juegos, del que se desprende en muy pocas ocasiones, a pesar de la evolución tecnológica. Su mayor exponente al respecto es sin lugar a dudas Mario, su representante, la imagen de la Gran N, el personaje “videojueguil” más conocido y popular. Los juegos de Mario nos ofrecen una dinámica sencilla y envolvente enmarcándose dentro del género de las plataformas (ya sean en 2D o en 3D), con argumentos simples y manidos pero dotados de una diversión endiablada. Estos juegos encierran un aspecto gráfico cercano a la animación infantil, aunque poseen una belleza y diversidad indudables con elementos gráficos inconfundibles como estrellas, setas, y una fauna de enemigos y aliados de lo más variopinto, que hacen de este juego único en su especie. La verdad es que si lo piensas este tipo de estética encaja como un guante a este tipo de juego, ¿a caso podéis imaginar un juego de Mario con aspecto realista?
Aunque no es infantil todo lo que reluce en Nintendo. Recientemente hemos comprobado que este tipo de estética lejana a la realidad también puede ofrecernos juegos violentos de una crueldad impensables hace tiempo en un juego para una consola de Nintendo (eso si obviamos juegos como Killer Instict). Este es el caso de Madworld, el juego de Sega es un juego de acción con violencia explícita, en el que destaca su faceta gráfica, donde se nos muestra un juego totalmente en blanco y negro, con reminiscencias al cómic Sin City (F. Miller), en el que la única nota de color la pone la sangre, con su omnipresente color carmesí.
Pero también hay ocasiones en las que nos encontramos juegos cuyo argumento o mecánica nos ofrecen diversas posibilidades estéticas, pudiendo encuadrarse dentro del realismo o del esteticismo. El caso más llamativo es el de The legend of Zelda.
Este saga ha pasado por todas las consolas de Nintendo, y ha sufrido diversos cambios estéticos o gráficos, pero jamás olvidaré el revuelo que se formó cuando apareció The Wind Waker para Game Cube. Este juego estaba hecho con la técnica cel-shading, que otorgaba al juego un claro aspecto de dibujo animado. Este hecho creó una gran polémica, debido a que la mayoría de usuarios esperaban otro tipo de evolución en la saga con un aspecto gráfico más adulto. De todas formas el juego seguía siendo muy bueno. Pero para contentar a los seguidores Nintendo se sacó de la manga años después Twilight Princess, para Game Cube y Wii. Este juego si era lo que todo el mundo había pensado como evolución lógica de la saga en cuanto a gráficos se refiere, mucho más realista, orientado a un público más crecido.
Sinceramente, pienso que no es bueno que las compañías se decanten por un estilo en concreto u otro, estoy convencido de que la diversidad es el futuro. Debe haber juegos para todos los gustos, edades o géneros, en el que cada uno se identifique con una u otra opción, dependiendo del estado de ánimo o etapa de la vida de cada persona. Pero la última opción la tienes tú. ¿Eres realista o esteticista? ¿O de ambos?
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