Dragon Ball Super Battle Collection
Las Super Battle Collection son una figuras de plástico creadas por Bandai en 1994, que recrean a gran cantidad de personajes de Dragon Ball Z. Estas figuras se vendían por separado en unas atractivas cajas e incluían elementos tales como ‘cabezas’ extra (por ejemplo, la versión Super Saiyan de un personaje), ropajes de quita y pon, o incluso una figura extra. Durante el boom de Dragon Ball, en los ’90, estas figuras eran un oscuro objeto de deseo para los niños, y aunque podían ser encontradas fácilmente en tiendas especializadas (versión japonesa, puesto que nunca han sido distribuidas en España de forma oficial), sus precios eran bastante altos.
Las figuras SBC eran bastante fieles a los personajes del anime, puesto que estaban fabricadas por Bandai, pero al ser un producto orientado completamente al público infantil, no estaban especialmente detalladas. A decir verdad habían algunas bastante feas y toscas, aunque lo compensaba el atractivo de las cajas y lo valiosas que eran en sí mismas. Esta es posiblemente la colección de figuras basadas en DB más mítica y recordada de todas las que han existido.
Las SBC no eran todas del mismo tamaño ni mucho menos. Reflejaban perfectamente la envergadura del personaje en cuestión con unas proporciones muy fieles a la serie (por ejemplo, no es lo mismo una figura de Son Goten que una de Broly). Aun tengo el recuerdo de observar con estupor la figura de Broly en el escaparate de la tienda especializada de mi ciudad, puesto que era enorme y valía nada menos que 8000 pesetas.
En total salieron 44 modelos distintos, que abarcaban todo Dragon Ball Z y casi todo GT. La lista completa es la siguiente: Son Goku, Son Goku Super Saiyajin, Piccolo, Vegeta, Trunks, Freeza, Vegeta SSJ, Son Gohan (etapa androides), Gohan SSJ (etapa Cell), Broly, Cell (Perfecto), Trunks SSJ, Gohan SSJ (etapa Boo), Great Saiyaman, Goten, Trunks niño, Goku SSJ3, Vegetto SSJ, Majin Boo, Gogeta, Vegetto (estado normal), Boo original, Gotenks SSJ, Goku (vestimenta del final de DBZ), Gohan Ultimate, Vegeta SSJ (etapa Boo), Goku GT y Pan (en un mismo pack), Trunks GT, Goku GT SSJ, Trunks GT SSJ, Goku GT SSJ3, Vegeta GT y Baby (un mismo pack), Super Baby Vegeta, Gohan y Goten GT (tambien juntos), Oob, Ultimate Baby Vegeta, Goku SSJ4, Baby Vegeta Ozharu (mono gigante), Super A-17, Vegeta SSJ4 y Gogeta SSJ4. Como veis, casi todas las etapas de Z y GT están perfectamente representadas. Destacar que si el tamaño de Broly me chocó en su momento, el del Gran Mono Baby ya era descomunal, siendo la figura de mayor tamaño con diferencia. También cabe destacar la figura número 00 (todas van numeradas, del 1 al 42), que se llama ‘Son Gokou Perfect Version’, que incluye las cabezas de Goku en estado normal, SSJ, SSJ2 -no muy bien reflejado, todo sea dicho- y SSJ3.
Estos muñequitos gozaron de mucha aceptación en su momento, inundando las tiendas especializadas de mediados de los ’90, para desespero de los niños, que no disponían del dinero para comprarlos. Aun hoy hay una escena coleccionista bastante activa, sobretodo en Estados Unidos, donde Dragon Ball llegó más tarde que en el resto de mundo y la ‘fiebre’ es bastante más reciente. Para conseguir figuras SBC a día de hoy, podemos optar como siempre por Ebay o similares, pero si buscáis en tiendas de cómics de vuestra ciudad (especialmente Barcelona, Madrid o Valencia) es posible que aun tengan alguna en stock, con algo de suerte no muy desmejorada por el paso de los años. En cuanto a precios, las figuras originales japonesas rondan entre los 20 y 30€ al cambio, pero tenemos la reedición asiática (que data del 2003 si no me equivoco) que es mucho más barata, aunque viene con un nuevo packaging bastante menos atractivo y carismático -algo similar a lo que ocurre con las figuras vintage de Saint Seiya-. En definitiva, un objeto de coleccionista con más valor sentimental que otra cosa. Eso sí, aun siento un ligero cosquilleo en mi interior cuando veo imágenes de esas tan golosas cajas de cartón, transportándome momentáneamente a la época en la que era un crío pegado al escaparate de una tienda de cómics, fantaseando con poseer todas estas figuras.
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