Cuando enviar niños por correo fue algo legal

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Hoy enviar a un niño por correo postal nos parecería una verdadera aberración, y nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos en un telediario cosas como un padre intentando colar a su hijo como equipaje en un avión. Sin embargo, en la década de 1910 en Estados Unidos se llegó a emplear el servicio postal para enviar niños, aunque ello no levantó una especial polémica (en parte porque no iban metidos en cajas, claro).

Estos envíos se produjeron entre 1913 y 1920. Dado que el límite de peso que se podía enviar eran 50 libras (aproximadamente 22,7 kilos), muchos niños entraban en el peso adecuado, por lo que los padres veían una forma fácil y barata de que sus hijos viajaran en los vagones de correos, llevando los correspondientes sellos pegados en la ropa y asegurados.

El primer «envío postal» documentado de un niño se produjo el 17 de enero de 1913, cuando el matrimonio Jesse, en Ohio envió su hijo a su abuela, que vivía en otra localidad del mismo estado. El niño fue transportado una distancia pequeña por un precio de 15 céntimos de dólar, e incluso se le aseguró por 50 dólares. El siguiente se produjo al poco tiempo, el 27 de enero, cuando la familia Savis, de Pennsylvania, envió a su hija a familiares del mismo estado, por un precio de 45 céntimos.

MayEl 19 de febrero de 1914 la pequeña May Pierstorff, de 5 años y que podéis ver en la fotografía, fue enviada a más de 100 kilómetros de su casa de Graneville (Idaho) para visitar a sus abuelos en Lewiston (también Idaho). Pesaba casi 49 libras (22 kilos), muy cerca del límite de 50 libras del «parcel post», pero como no lo sobrepasaba la niña pudo viajar en el compartimento del correo con un sello de 53 céntimos en su chaqueta.

Ya después del incidente del 17 de enero en alguos periódicos surgió el debate sobre la posibilidad de enviar niños por correo, y desde la dirección del Servicio Postal se apuntaba que los niños no entraban en la categoría de abejas y bichos (bees and bugs), únicas criaturas vivas que se reflejaban en la normativa, por lo que no podían ser enviados, si bien era cierto que tampoco se decía nada en contra. De todos modos, poco después el director del Servicio Postal señaló que los humanos quedaban fuera, aunque no se le hizo mucho caso y hubo (como un mes después) otro envío en Maryland, un bebé de unos 6 kilos que hizo un recorrido de unos 20 kilómetros a la casa de los abuelos.

Cartero2Un año después, en enero de 1915, tuvo lugar el envío más largo documentado, cuando Edna Neff, una niña de 6 años, fue enviada por su madre desde Pensacola (Florida) a Charleston (Virginia), separadas por más de 1.000 kilómetros. No superaba las 50 libras permitidas y llevaba encima sellos por valor de 15 céntimos.

En 1915 todavía se constantan dos envíos más de niños. En marzo la familia Comb (Tarkin, Misuri) envió a su hija Helen a su abuela con un sello de 10 céntimos. En septiembre la niña de tres años Maud Smith fue de casa de sus abuelos a la de su madre en Kentucky, aunque en este caso un periódico local indicó que este «envío postal» estaba siendo investigado, y días después se reflejaba que se había indicado al cartero la violación de las normas del servicio que suponía el envío.

Parece que este último caso sí que fue decisivo, porque fue el último constatado, aunque no sería hasta 1920 cuando el Congreso aprobó finalmente una ley que tipificaba como delito federal el envío por correo postal de humanos, sin importar el peso. Se añadían algunas excepciones más a las ya existentes, que permitían enviar animales como crías de cocodrilo o escorpiones vivos, y también cenizas humanas, pero se dejaba claro que nadie más se iría de rositas si mandaba (o llevaba) un niño como si fuera un paquete.

La verdad es que esta historia resulta muy curiosa y sorprendente, aunque no creo que llegara a suceder lo que aparece en estas fotografías, que son aproximadamente de esa época y pertenecen al Museo Postal Nacional de Estados Unidos, pero se cree que fueron hechas en tono de humor. Yo imagino que lo más probable es que la gente se fiase de las personas que trabajaban en Correos, y no sería tan terrible para un niño ir en un tren con alguna persona que le echara un ojo (seguro que en un barco en tercera clase iban bastante peor en aquel entonces). Aún así, pudo haber pasado algo más grave y que el tema no se quedase en una anécdota, y también una demostración de la lentitud de las autoridades para detener algo que era claramente ilegal.

Cartero

Fuentes: Newton Kulp: Central Florida Stamp ClubBoing BoingWikipedia

Amorin Uzuki

Alfonso I. Amorín es doctor en Historia por la Universidade de Santiago de Compstela . Es un friki de los videojuegos, fan de las series de HBO, la música épica y la cultura japonesa. Actualmente a vueltas con Skyrim, Bayonetta 2, The Witcher y Rogue Galaxy. A petición popular por fin me he hecho un Twitter.

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7 Respuestas

  1. kagereneko dice:

    Y de seguro los niños ni se inmutaban… Cada día la gente se vuelve más quejumbrosa, no digo que esto de enviar a la prole por correo esté bien pero es que ahora chillan por las causas más estúpidas..

  2. flakcym dice:

    interesante articulo amorin, ya hacia hacia falta un articulo en la pagina, genial articulo

  3. Pepillo dice:

    Tu última afirmación no es correcta. Algo inmoral o chocante no es ilegal hasta que se tipifica una ley contra el hecho mismo.

    Por esa regla de tres la gente que vaya a a Holanda teniendo la creencia fuerte de que la marihuana es ilegal y se encuentra de que allí no lo es podría realizar una afirmación parecida a la tuya.

    Es una crítica constructiva a un término pues supongo que no estarás familiarizado al mundo de la jurídico!

    Por lo demás sigue así me encanta el Blog!

  4. jacinto dice:

    No me creo mucho lo de los niños, suena a guasa, pero me parece que hubo un caso que uno se envió todos los ladrillos de su casa como envío postal y por tren, le salía más barato que usar camiones.para el transporte.
    Nunca sabremos si es verdad.

  5. roblox codes dice:

    interesante articulo amorin

  1. Ene 20, 2016

    […] Cuando enviar niños por correo fue algo legal […]

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