Chorrianálisis: Goat Simulator
En el mundo de los videojuegos hemos visto de todo. Desde los más usuales juegos matamarcianos hasta juegos de aventuras de lo más variopinto. De postre, hemos explorado cómo serían los juegos si el mundo fuera aún más absurdo, con la certeza de que nunca se programaría algo así. No obstante, como se suele decir, la realidad supera a la ficción.
Todo comenzó con un simulador militar llamado Arma II. Un juego para PC en primera persona que era conocido por su realismo y, sobre todo, por la posibilidad de ser modificado hasta las manillas. Entre otras tantas modificaciones, a alguna mente brillante se le ocurrió cambiar al protagonista… por una cabra. Realmente el cambio no era tan drástico, simplemente un cambio gracioso de aspecto. Pero ahí estaba la idea.
El juego en sí comenzó con una pequeña demo desarrollada en enero de 2014 en una jam de un mes, donde como broma se realizó un experimento sandbox como una cabra de protagonista. La mayoría de los elementos del juego fueron licenciados de terceros en lugar de ser desarrollados desde cero, pero este pequeño ejercicio de programación gustó enseguida a la comunidad de jugadores, que realizó más de un millón de visitas en dos días al prototipo colgado en YouTube. Coffee Stain se puso manos a la obra, pues.
El 1 de Abril se lanzó en la plataforma Steam la primera versión del juego, fecha que fue elegida para causar aún mas confusión (es el día de los santos inocentes en el mundo anglosajón). Nacía así la leyenda de uno de los juegos más absurdos de la historia.
A menudo al juego se le describe como un simulador de skate a lo Tony Hawks, salvo que en lugar de patinador el protagonista es una cabra y el objetivo del juego, en lugar de hacer figuras… formaremos el taco, y nos cargaremos cosas. Además de esta definición, que no se aleja de la realidad del juego, es preciso señalar sus características principales:
- Se trata, como hemos dicho, de un mundo abierto. No existe un objetivo en el juego, tan solo hacer el cabra.
- La física del juego es realista, usando el motor Havok en el Unreal Engine. Salvo porque tiene tantos bugs que es tan impredecible como hilarante.
- La cabra tiene una lengua de dos palmos de largo con la que podemos agarrar cualquier objeto, desde una piedra hasta un coche, con el objeto de llevarla a donde queramos para armar follón extra.
- La cabra es inmortal. Podemos despeñarnos, caer desde el vacío celeste, nos puede alcanzar la explosión de un depósito de combustible, nos puede atropellar un camión… pero siempre se levanta sobre sus pezuñas.
- Eso es todo.
La crítica del juego ha sido más o menos homogénea: tiene risas aseguradas, un desarrollo divertido… pero que se trata de poco más que una broma y no dura gran cosa. También se destacó que se trata de un reflejo del componente social de la Red: es impredecible por lo que al personal le puede dar en un momento dado, y que la calidad del juego puede tornarse en irrelevante para triunfar como por arte de magia. No obstante se ha vendido ya más de un millón de copias para ordenador, y más de 100.000 copias para dispositivos móviles sólo en la primera semana. En el colmo de la mercantil desvergüenza, el juego apareció en formato físico al mismo precio, distribuído por Koch Media.
Esta es la historia de cómo un juego sencillo puede transformarse en un fenómeno gracias a las impredecibles corrientes sociales. Cosa que podría haber acabado ahí, pero lejos de eso sus padres putativos han seguido ampliándolo. Su última expansión (todas son gratuitas) se llama MMO Simulator, y como su nombre indica, es una parodia de los MOROPOGOS actuales, en especial al World of Warhammerclone de Marie Brizard. Tendremos misiones chorras, barras de vida, experiencia y niveles y un mapeado nuevo donde liarla pardísima. Hasta un chat de pega donde la gente usa la jerga de estos juegos donde no te enterarás de nada. Para colmo, podremos elegir entre 6 clases de personaje, a cada cual más gilipollesca:
- La clase Mago, que en lugar de ser uno de esos de sombrero de punta y varita… es una cabra que hace trucos de cartas. Inexplicable.
- El Cazador, que en lugar de ser el típico elfo con arco y flechas tiene una caña de pescar y avíos parecidos. Inexplicable también.
- El Tanque. ¿Para qué molestarse en ponerle nombre? Por lo visto es la apropiada para los amantes de Nietszche. Aún más inexplicable.
- «Rouge«, escrita tal cual, es la clase cuya especialidad es pasar desapercibida, cosa que no hace. Nombre inexplicable.
- La cabra sin clase. No tiene atuendo alguno, por lo que no tiene clase. Es la cabra de toda la vida. Absurdo, pero tiene su gracia.
- Por último, la clase… microondas. Estúpida e insólita a partes iguales, en la cual nuestro personaje será… pues un microondas. Inexplicable infinito.
En fin, un juego que no puede faltar en una ludoteca de los horrores, de esas que recopilan lo más extraño y sinsentido del panorama jugable internacional. Fuera de esto, es complicado recomendar la compra de este videojuego, ya que aunque su precio no es muy elevado (unos 10 euros en formato físico en tiendas online) el juego se desinfla en poco más de una hora, y eso si te atrae el género absurdista postmoderno. Tampoco podemos recomendar el pirateo porque… bueno, no es lo más legal del mundo. ¿Qué hacer entonces? La recomendación personal del que escribe es que se use como regalo a alguien que le gusten los videojuegos, por eso de hacer un regalo de coña.
Ah, faltan las puntuaciones. Pero siendo sinceros, creo que la puntuación que se le de a este juego es completamente irrelevante.
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