Censura en los videojuegos
La censura es uno de los males que más ha afectado a la integridad de los videojuegos. Resulta lamentable pensar que títulos que ya salen censurados de sus respectivos países de origen, donde no precisamente tienen leyes flexibles respecto al tema, vuelven a censurarse aún más al llegar a nuestras tierras. Bien para poder adaptar el juego al público infantil (y así ampliar la clientela potencial), o bien para quitar de en medio de gratis alguna presunta inmoralidad, los videojuegos han sufrido en sus carnes recortes que van de lo absurdo a lo patético pasando, por supuesto, por lo rebuscado. Lo de siempre: sangre, figuras femeninas y palabras para gente mayor. No se salva casi ninguna compañía.
Demos paso pues a la primera parte de este recopilatorio de juegos que en otros países y/o en otros sistemas escaparon a las garras de la censura, pero que en nuestros barrios se vendieron generosamente modificados, obligándonos a conformarnos con menos.
Street Fighter II
En el género de la lucha poco se puede censurar sin acabar con el juego, pero contra todo pronóstico se consiguió mancillar la obra más famosa de CAPCOM, y además varias veces, aunque no sin esfuerzo y dedicación, naturalmente.
Para empezar tenemos la presentación de Street Fighter II’ Special Champion Edition, el primer lanzamiento de la franquicia para MegaDrive. Al fin podíamos ver en nuestras casas la famosa presentación del arcade que no apareció en las ediciones de Super Nintendo, en la que un blanco le daba un puñetazo en la cara a un negro y la cámara escalaba un rascacielos hasta verse el logotipo del juego. En Japón se respetó esa presentación, pero fuera de sus fronteras lo consideraron racista y la cosa quedó igual, pero con dos blancos.
Bastante llamativa fue también la censura de los personajes de Super Street Fighter II The New Challengers para la 16-bit de Nintendo. En arcade o MegaDrive podíamos apreciar sangre en las imágenes de los personajes una vez eran vencidos, pero en Super Nintendo se quedaron en versiones más light.
Mortal Kombat
Todo un clásico. Siendo sinceros, Mortal Kombat no es un juego que destacase por su excelente jugabilidad, ni tampoco por sus espectaculares combos, ni mucho menos por su amplio catálogo de personajes. Si por algo jugaba la gente a Mortal Kombat era por la sangre y, en concreto, por los fatalities. En MegaDrive estaba censurado, pero el modo sangriento se desbloqueaba fácilmente con un truco más famoso que el propio nombre del juego. En Mega-CD no hacía falta ni truco. La versión de Super Nintendo, en cambio, sufrió una fuerte censura sin la posibilidad de que se pudiera hacer el truco del que durante años se defendió su ficticia existencia en todo patio de colegio. No contentos con cambiar sangre por sudor a chorro y con modificar de paso los fatalities, tuvieron además la mala leche de hacer que el juego alcanzase el precio récord de 16900 ptas (algo más de 100€), 4000 ptas más de lo que ya de por sí costaban de media los juegos de SNES en aquella época. Me vais a permitir el chiste a lo Matías Prats cuando digo que lo que le hicieron a este juego sí que fue un auténtico fatality.
Para ampliar información os recomiendo el artículo Masacre y Aniquilación de The Punisher (guiño guiño), que cuenta de primera mano la que se llegó a liar en torno al ya olvidado pero memorable Mortal Monday.
Final Fight
La versión de Super Nintendo perdía alicientes con respecto al arcade original al tratarse de un juego para un sólo jugador donde además faltaba uno de los tres personajes seleccionables del juego (que según la versión podía ser Guy o Cody). No le hacía falta ninguna canallada más, creo yo. Nuevamente los que dedican su tiempo libre a masacrar mitos de los videojuegos consideraron que las enemigas Roxy y Poison, lo que vendrían a ser las clásicas pilinguis gemelas (con colores distintos) que no paran de brincar, intactas en la versión japonesa, debían ser sustituidas por unos insulsos punkies. Según una curiosa anécdota contada tiempo atrás por Jimmy en otro artículo sobre lesbianas, gays, bisexuales y trans en los videojuegos, se llegó a decir por parte de la propia CAPCOM que esta chica era una transexual para que así nadie (en EEUU) dijera que en Final Fight se pegaba a mujeres, algo que según mi opinión es fuertemente discriminatorio para el colectivo transexual. Más tarde la presencia de homosexuales, transexuales y travestis en los videojuegos sería peor vista que pegar a una mujer, pero Roxy y Poison no se salvaron ni por ésas.
La versión de Mega-CD salió mejor parada, ya que SEGA se tomó el esfuerzo de mejorar el original de CAPCOM, y hasta de dejar que aparecieran las chicas (¡qué detalle!), pero no se fueron completamente de rositas (ooooooooh), ya que sus tops y pantalones cortos fueron censurados, nuevamente sólo en occidente, para que mostraran menos sus femeninos encantos cuando recibieran golpes. Por si esto no fuera suficiente, en la presentación japonesa añadieron a la buena de Jessica Haggar en sujetador, algo que en estas tierras no gustó demasiado (¡a los censuradores, claro!), así es que se le colocó el traje rojo de toda la vida tal y como aparecía en la presentación de la versión de Super Nintendo (esa escena no sale en el arcade original) para evitar que alguien se volviese loco de lujuria y saliese a la calle a violar a la primera señorita inocente que se le cruzara. Ya de paso quitaron también de la presentación la animación de la malévola risa de Damnd (también exclusiva de esta versión), no vaya a ser que algún chaval se desencajara la mandíbula al intentar gesticular de semejante manera.
Streets of Rage 3 / Bare Knuckle III
Al parecer nuestros amigos no quedaron contentos con suprimir la presentación del puñetazo que Axel Stone daba a la pantalla en la versión japonesa y quedaron con hambre de más (se ve que siempre es así). Esta vez tuvieron que hacerse la primera fase, todo un récord de la gente del sector de la blasfemia, para poder ver que un enemigo de los durillos, algo así como un boss de por medio de una fase, era un homosexual llamado Ash que nada tiene que envidiarle a los clientes de la Ostra Azul. Como suele ser habitual en estos casos, hicieron la chapuza de coger uno de los enemigos típicos del juego y darle una barra de energía más grande de lo habitual (¡y un pantalón verde!). Todos los que lo jugamos en su día no entendíamos por qué aquel idiota clónico que tantas veces habíamos cascado antes era tan superior en energía, pero ya veis qué oscura justificación estaba oculta tras el misterio. Hasta quitaron la música jocosa que sonaba de fondo. Está claro que era importantísimo suprimir este enemigo no fuera a ser que algún pobre chico inocente se volviese gay. Podía pasar que saliese navajero, violador, traficante, puta, mafioso y/o drogadicto como el resto de los enemigos, pero gay no, hombre, por favor. Aún con ganas de más le cambiaron el color de la ropa a los personajes (¿?) y algunos enemigos, de nuevo las prostitutas, acabaron completamente tapaditas, aunque curiosamente con más pinta de puta de la que tenían originalmente. Todo un logro, sí señor.
Another World
El del Another World es un caso curioso que no quería dejar pasar, y que no deja de abrir bocas a lo largo y ancho del mundo. En las propias palabras de su creador, Eric Chahi, publicadas en su web, vino a suceder lo siguiente:
«La situación se complicó de nuevo cuando Nintendo of America decidió que moralmente no podía sacarse el juego debido a desnudos y presencia de sangre. Esta vez no hubo otra alternativa que aceptar las exigencias editoriales.»
La sangre pasó de roja a verde, lo cual era un tipo de censura muy común en multitud de juegos domésticos (House of the Dead para Saturn, por citar otro), y que en mi opinión hace que las cosas parezcan desagradables en lugar de sangrientas. Se podría hacer un artículo entero sólo con censuras de este tipo, aunque esto al fin y al cabo era lo de menos en este caso.
Lo que de verdad me pareció curioso fue el borrado del minúsculo trocito de raja del culo que puede vérsele a las alienígenas que aparecen sentadas al principio del último episodio del juego. Nuevamente recurro al propio Chahi para describir los hechos:
«La escena era demasiado erótica, al parecer. La raja de los culos desnudos de las alienígenas se redujo 3 píxeles…»
Prince of Persia
Esta vez fue Konami, responsable de distribuir en occidente la versión de Super Nintendo del clásico de Jordan Mechner, quien creyó oportuno censurar una escena de la presentación. En la versión japonesa podemos ver a un guardia dándole lo suyo y lo de su padre a nuestro protagonista, justo antes de que se produzca la famosa escena en la que el malvado Jaffar hace aparecer el reloj de arena ante los ojos de la princesa. En estos lares la escena de la paliza se suprime por completo.
Super Castlevania IV / Akumajô Dracula
Y es que hay muchos juegos en los que se ha censurado eso de que del logotipo caiga sangre, pero en pocos se ha llegado al extremo de ridiculez que alcanzó este título. Cruces eliminadas de las tumbas (que no sustituidas por algún anj a lo Super Ghouls’n Ghosts, ojo), goteras de sangre del techo que acabaron siendo de agua (lo cual pasó en otras entregas de la saga) y la joya de la corona, estatuas clásicas modificadas para estar vestidas. Me pregunto si el autor de este chiste de humor retorcido tendrá el conocimiento de que Michelangelo no es sólo una de las tortugas ninjas.
Resident Evil / BioHazard
Sé que lo estabais deseando. Uno de los juegos con la censura más sonada de la historia fue sin duda Resident Evil. Una presentación que pasó del color al blanco y negro con escenas cortadas que en realidad sólo tenían efectos especiales de serie B. Ya dentro del juego eliminaron frases demasiado explícitas para los sensibles sentimientos de los censuradores, así como la famosa escena de la cabeza de la víctima del primer zombie rodando por la alfombra. Tiempo después se prometió que la versión Director’s Cut del juego, en doble versión para PlayStation y SEGA Saturn, saldría sin censura. Finalmente no pudo ser, y SEGA, muy indignada, colocó esta hoja de publicidad en las revistas de la época a modo de protesta, aunque usando la propia censura con fines comerciales.
Al menos quedó claro que en este caso las órdenes venían de más arriba.
Intro sin censura.
La famosa escena del zombie, con la cabeza de la víctima incluida.
Snatcher
Como ya conocimos por el magnífico artículo de Aoshi (esto ya está pareciendo la Wikipedia), Snatcher, el título de culto creado por Hideo Kojima, es uno de los juegos más veces censurados de la historia. Todo un culebrón. Desde su aparición en PC-8801, un ordenador muy famoso en Japón que aquí podríamos comparar con nuestro querido Spectrum, ha sido censurado un poco más en cada versión que se ha ido sacando. La única edición que consiguió salir de Japón fue la de Mega-CD (en la humilde opinión de quien escribe, la mejor) y si ya en Japón tuvo recortes, en territorio americano y europeo se despacharon a gusto. Censuras de desnudos, escenitas de ducha, sangre, decapitaciones y todo lo que hacía de éste un juego hecho y pensado exclusivamente para el público adulto (y fan de Blade Runner) desapareció o simplemente se disimuló de la manera más chapucera. A pesar de la fuerte censura, en Estados Unidos fue un auténtico escándalo y Konami decidió no lanzar en occidente las versiones posteriores (PSX y Saturn) a las que dotó de una censura aún más dura, pero sin ni siquiera salir de Japón, usando mosaicos digitales y cortes tajantes que a veces hacían modificar levemente la historia. Otros casos de censura pueden tener hasta gracia si se tiene mucho sentido del humor, pero éste no hay por dónde cogerlo. De vergüenza.
Duke Nukem 64 / Duke Nukem 3D
Todos conocemos a este gran hombre. Todos sabemos también que es alguien obsceno, perverso, sanguinario y degenerado, y para colmo no tiene reparo alguno en admitirlo (¡y es así como nos gusta!), pero en la política que Nintendo llevaba para su Nintendo 64 no encajaba, así es que en vez de no sacar el juego, decidieron mejor publicarlo pero suprimiendo el bar de strip-tease para sustituirlo por el «maravilloso» Duke Burger. La librería con revistas guarras la quitaron también, claro.
Como hemos podido ver, los videojuegos han sido víctimas de éstos y otros muchos más recortes (coming soon), eliminando escenas de desnudos, sangre y violencia que hacía ya muchos años que no se censuraban en otros medios. En estos tiempos la cosa va mucho mejor (que se lo pregunten al bueno de Kratos, por ejemplo), pero resulta lamentable que no se haya empezado a tener respeto por los videojuegos hasta que éstos se han llegado a convertir en un fenómeno de masas.
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