Bajo el nombre de RPG-7 Bottle Launcher, este bazooka que se comercializa en Japón por el desmedido precio de 28.350 yens (casi 300 euros) es capaz de lanzar botellas de agua de litro y medio a 35 metros de distancia, únicamente gracias a la presión del agua. Lo mejor de todo es que la caja se anuncia con chicas en bañador… estos nipones…
En el año 1975 Atari decidió probar suerte con las fotos y para ello creó una especie de fotomatón digital llamado Compugraph Foto. La máquina en cuestión era capaz de imprimir retratos digitales en papeles de 14×11 pulgadas.
Se llama Bug-a-salt y es una escopeta que dispara sal para matar a las moscas, por lo que es una alternativa mucho más divertida y ecológica a usar sprays insecticidas.
Actualmente sólo es un prototipo pendiente de patente, y espero que pronto se comercialice para matar a todos los bichos que tengo a mi alrededor.
Vía: Menéame
Diseñada en Assassin’s Creed 2 por Leonardo da Vinci para que diera buen uso de ella Ezio Auditore, la hoja oculta es una de las armas más emblemáticas de la saga de Ubi Soft. GameSpot vende (de momento en Estados Unidos) una estupenda recreación de la misma por 40 dólares, acompañándola de una recomendación de supervisión de un adulto y que puede no ser del todo aconsejable para niños.
A continuación tenéis un vídeo de su funcionamento, que también demuestra lo bien hecha que está. Por supuesto, es de plástico, aunque ya me estoy imaginando a más de uno queriendo cambiarle la hoja por una que no sea precisamente de PVC…
Ya sabemos muy bien que los japoneses son especiales a la hora de crear aparatos de todo tipo para que hagan por nosotros las cosas más innecesarias. Hace poco vimos la jarra de cerveza que añadía espuma, pero ahora es todavía peor, pues os presentamos a Potechi Potato, la mano mecánica destinada a coger patatas fritas (de bolsa) sin que se rompan y sin tener que mancharnos las manos. Sí amigos, lo que fácilmente podríamos arreglar con nuestros dedos y una servilleta, en Japón requiere de medios más complicados como gastarse 699 yenes en este Potechi Potato, un verdadero prodigio tecnológico.
Por supuesto, lo mejor del producto es cómo lo anunciaron en su día en Japón, con un comercial que casi parece una broma, pero de cuyo realismo no dudo ni una pizca. Y también os quedan más imágenes del cacharrito.
Los japoneses son muy del gusto de no hacer las cosas si alguna máquina, gadget o aparato las puede hacer por ellos. Así que, para qué esforzarse intentando obtener espuma de la cerveza tirándola correctamente, si puedes pulsar un gatillo de tu jarra y que ésta cree la espuma correspondiente. Funciona igual que cuando un amigo cabrón te golpea el cuello de tu botella de cerveza con el culo de la suya para echarte todo por fuera, pero en este caso está la cosa más controlada.
Y por supuesto, un buen producto japonés no lo es sino tiene su correspondiente anuncio delirante. En este caso lo más destacado son las caras de alucine y felicidad de todo aquel que usa la Sparkling Beer Mug.
¿Os imagináis un circuito de Mario Kart en vuestro lugar de trabajo? Además de acarrearos un despido inmediato, seguramente fuese tremendamente divertido. Pues gracias al Chibikart diseñado por Charles Guan, alumno del Instituto Tecnológico de Massachussets, sería fácilmente posible.
Con sus reducidas dimensiones y sus más de 30 km/h de velocidad, esta pequeña maravilla podría convertirse en el terror de los pasillos… siempre y cuando no nos dejen pieles de plátano.
Pensaréis que es la típica excusa para poner unos pechotes en la página porque es lo que da visitas. Pues sí, de eso se trata Pues bueno, un poco por eso podría ser que fuera, pero lo verdaderamente interesante del tema (no me lo creo ni yo) es la utilidad que tiene este sujetador, que puede permitir que una chica pueda ir con un vestido sin bolsillos, sin bolso y aun así poder llevar encima su iPhone o teléfono similar.
Puede parecer una chorrada, pero a más de una que yo me sé le hubiese venido bien en ciertos momentos. A continuación una simpática señorita nos explica cómo funciona y lo desapercibido que pasa.