Cambiar por cambiar
Esto es algo que ya todos conocemos. Existe un sucio negocio, oculto tras las sombras más oscuras del mundo del videojuego, por el que se cobra quién sabe cuánto por cambiar cosas por la mismísima cara. Mentes diabólicas que no contentos con dejar claro que no tienen ni idea de videojuegos, tienen además la poca vergüenza de airear su mal gusto hasta el punto de ser impreso en una carátula.
Por muy purista que se pueda ser, hay que comprender que a los juegos hay que darles un nombre comercial, y que una fila de palabrostios en japonés no ayuda en las ventas en occidente. Por ello, decir que no me estoy refiriendo a los que traducen Zelda-no Densetsu por The Legend of Zelda, o incluso a los que se inventan que Sekaiju-no Meikyû, que no hay forma de traducirlo para que quede algo llamativo, significa Etrian Odyssey. A lo que sí me estoy refiriendo es a cambios que o bien son completamente absurdos o bien han supuesto sencillamente auténticas meteduras de pata gigantescas que aunque inciten a la inminente ejecución de sus artífices, la poca energía que nos queda tras la depresión no es suficiente para levantarnos siquiera de la silla.
Puzzle Bobble / Bust A Move / Bust A Groove
Esto es buenísimo. Vamos a ver. Bubble Bobble es un juego bastante conocido en el mundo entero, creo yo. Un clásico que no hace falta presentar, y menos en Pixfans donde todos le tenemos un cariño especial. ¿Qué tenía de malo el título Puzzle Bobble? Si es que es perfecto, creo yo. Pues los que le cambiaron el nombre al juego no pensaban lo mismo y decidieron sustituirlo por Bust A Move. Claro. Así está mucho mejor. Seguro que eso elevó las ventas a límites históricos. En fin, si la cosa acabara aquí sería simplemente un cambio injusto más, pero si está en este artículo, y encima tan arriba, es porque el problema se hizo más grande. ¿Cuándo? Pues cuando en Japón sacaron un juego, que por supuesto no tenía nada que ver con Puzzle Bobble, llamado precisamente Bust A Move.
Por cuestiones de licencias, sobra decir que no se puede usar el mismo nombre en dos juegos distintos si no se tienen los derechos, así es que se decidió sustituir por Bust A Groove, nombre por el que lo conocemos también en España. Menuda cadena. Los responsables se cubrieron de gloria, vamos.
Carcasa de Super Famicom y Super Nintendo
En España tuvimos la inmensa suerte de que Erbe (que fue quien nos trajo la 16-bit de Nintendo) respetara el diseño original japonés de la máquina, cambiando simplemente el nombre, pero en EEUU no tuvieron tanta. Para los que no lo sepan, ese ladrillo que podéis ver en las imágenes es la Super Nintendo que se puso a la venta en EEUU. Bonita, ¿eh?
M.Bison / Balrog / Vega
Chapuza épica donde las haya. No es que CAPCOM no nos tenga acostumbrados a que los nombres de sus personajes cambien según la zona, ya que hasta el mismísimo Rockman vino a llamarse MegaMan. El tema es que este caso concreto que ya todos conocemos es especialmente cantoso. Tres de los cuatro famosos villanos del archiconocido Street Fighter II tuvieron la desgracia de ver sus nombres intercambiados. La excusa oficial parece ser que fue que el nombre de M.Bison, que en Japón recibe el boxeador al que aquí llamamos Balrog, se parecía sospechosamente a M.Tyson. Ya sabéis, Mike Tyson, el no-sé-cuántas veces campeón de los pesos pesados del boxeo norteamericano. Como al censor de turno no le gustaba que un muñecajo hecho con píxeles tuviera casi el mismo nombre que el susodicho campeón, bien para no arriesgarse a problemas legales o bien para que eso no le diera mala fama a tan galán caballero, decidió cambiarlo por el de otro personaje, el final boss Vega, que pasó a llamarse a su vez M.Bison. Pero claro, eso de que Vega luche en Las Vegas no queda muy bien, así es que Balrog y el ahora Vega se cambiaron los nombres. Así, M.Bison pasó a ser Balrog, Balrog pasó a ser Vega, y Vega paso a ser M.Bison. La rotación infernal, vaya. Hay que ver lo bien que les quedó. Además, Vega está como en español. Jajajaja. Qué genialidad. Desde luego, el maestro de tan delicada mano al que se le ocurrió esta maravillosa idea se merece que estos tres se lo encuentren en un callejón sin salida en una noche de lluvia y que dialoguen un poco, más que nada por intercambiar opiniones al respecto. De paso que esté presente Gouki, al que rebautizaron por Akuma, mientras que a Gouken le dejaron el nombre.
Y lo más gracioso es que en el primer Street Fighter ya había un boxeador norteamericano llamado Mike al que nadie le cambió el nombre.
Final Fantasy I, II y III
Aquí sí que la liaron parda. Tras el primer Final Fantasy, el de NES, la saga dejó de ver la luz estadounidense en la 8-bit de Nintendo. Al no salir la segunda y tercera parte en EEUU, los juegos de la saga para Super Nintendo siguieron la numeración a partir del número II, supuestamente para no crear confusión. Hasta ahí… … … bien. Pero no, la cosa no quedó así. Un Final Fantasy americano (Mystic Quest), creado por Square USA, fue metido por medio sin que nadie lo llamara. Final Fantasy IV sería Final Fantasy II y Final Fantasy VI sería Final Fantasy III. Para los que no hayan perdido la cuenta, la paciencia y/o la cordura, supongo que os preguntaréis qué pasó con Final Fantasy V. Se ve que los responsables no se lo preguntaron. A lo mejor tampoco sabían contar. Para colmo, cuando sacaron Final Fantasy VII le dejaron el VII detrás (no el IV, que supuestamente era el que tocaba) haciendo que la saga volviera a su numeración original pero creando la misma supuesta confusión que se hubiera creado en su día si hubieran respetado los números. Vamos, que sólo faltó que en vez de Final Fantasy se llamara… yo qué sé… The Galaxy Battles.
Logotipo de Dreamcast
De esto ya se han escrito ríos de tinta, sobre todo digital, y aún nadie sabe por qué el logotipo de la última consola de SEGA cambió de color al llegar a tierras europeas. Que si la bandera de Europa es azul, que si el logotipo de SEGA es azul, que si Sonic es azul, y bla, bla, bla. El caso es que en los mercados asiático y americano, el logotipo es de color rojo, pero en cambio en el europeo lo cambiaron por el azul.
Akumajô Dracula / Castlevania
Ya estamos más que acostumbrados a que el título Akumajô Dracula (que significa algo así como El Castillo Diabólico de Drácula) acabara transformándose en Castlevania, que a fin de cuentas es una especie de fusión entre Castle y Transilvania, por lo que más o menos pega. Lo que ya no me explico es el mareo que se traen con el título en su tierra natal, al que intentaron cambiar el nombre por el de Castlevania y luego volvieron a llamarlo Akumajô Dracula (y eso sin contar con otras excepciones). Por si la saga no tuviera suficientes desgracias, los títulos secundarios japoneses (ésos que salen en pequeño debajo del principal) se traducen al inglés como les viene en gana. Por citar ejemplos, Gekka no Yasôkyoku (que en inglés sería algo así como Nocturne in the Moonlight) se traduce como Symphony of the Night, Akatsuki no Minuet (Minuet of Dawn) se traduce por Aria of Sorrow, y la joya de la corona, Gallery of Labyrinth (¡que ya viene en inglés!) por Portrait of Ruin. Es que no lo entiendo. Es cambiar por cambiar.
Mando de XBox
Ésta es una de las meteduras de pata más famosas de Bill Gates (que no es que tenga precisamente pocas). Microsoft, compañía de la que en aquel entonces se hacían apuestas de a ver cuánto duraba en el mundo de los videojuegos, tuvo una muy mala forma de empezar. De los dos modelos del mando que veis en las imágenes, el más pequeño se dijo que era para el mercado asiático porque, según el señor Gates, sus habitantes tienen las manos más pequeñas. Claro, hombre, claro. Toda la vida jugando con sus mandos tan cómodamente y ahora resulta que tienen las manos distintas. No me extrañaría que la inferioridad en ventas de la 360 en Japón se debiera aún, aunque fuera en parte, a semejante barbaridad.
Kimi no Tame Nara Shineru / Feel The Magic XY/XX / Project Rub
Está claro que éste era un juego al que había que cambiarle el nombre porque estaba en completo y perfecto japonés. Kimi no Tame Nara Shineru significa «moriría por ti», y a los de siempre debió parecerles muy fuerte (¡o vete a saber!) y en un alarde de originalidad lo renombraron como Feel The Magic XY/XX, en vez de «I Would Die for You». Aunque el nombre sea más raro que ver a Kratos leyendo un libro de poesía, lo cierto es que ejemplos como éste los tenemos a patadas. Lo que no entiendo es por qué cuando llegó a Europa le volvieron a cambiar el nombre otra vez por algo que nuevamente no tiene nada que ver ni con el primero ni con el segundo título: Project Rub. Puede que se dieran cuenta de que el título americano era penoso y quisieron remediarlo, pero a mí al menos me resulta mareante que haya tres nombres completamente distintos para una misma y única versión de un juego.
Mangas
Como ya se comentó en este otro artículo, los nombres de los videojuegos japoneses basados en mangas famosos cambiaban su identidad debido al más obvio desconocimiento por parte de los editores occidentales. Area 88, de Super Nintendo, basado en el manga homónimo de Kaoru Shintani, vino a nuestras tierras como UN Squadron. Hokuto no Ken, lo que aquí conoceríamos por El Puño de la Estrella del Norte, de Buronson y Tetsuo Hara, tuvo su juego también en MegaDrive, sólo que desgraciadamente no hubo ganas de respetar su origen y se le hicieron cambios hasta en los nombres de los personajes, mientras que el título se quedó en Last Battle. De la portada mejor ni hablamos. Más actual tenemos a Dororo (PlayStation 2), basado en el manga de Osamu Tezuka, que se ha quedado con el título Blood Will Tell, aunque esta vez no por desconocimiento, ya que abajo reza claramente «Osamu Tezuka’s Dororo». Lo normal hubiera sido en todo caso ponerlo al revés.
En fin, está claro que este tema da para unas cuantas entregas. Lo que yo me pregunto es si realmente esta gente cobra por sus sacrilegios o si lo hacen por amor al arte. Desgraciadamente creo que tienen una buena casa gracias a esto, pero también creo que mentes tan ociosas y retorcidas harían este «trabajo» incluso gratis. El caso es que por culpa de esta gente, sin ningún motivo verdaderamente razonable, Contra es Probotector, Made in Wario es Wario Ware, o Bare Knuckle es Streets of Rage, y la lista siiiiiigue y siiiiiigue.
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