Batman: Arkham Asylum
El héroe en las sombras, el caballero oscuro, uno de los personajes más influyentes y queridos de la historia del cómic, Batman, el hombre murciélago. Como en el caso de tantos otros, el cine y los videojuegos han acudido a él una y otra vez como fuente de inspiración, y como con tantos otros, con resultados diversos y las más de las veces lejos de la altura que tan ilustre franquicia se merecería. Pero Batman está en racha, y es que no solamente Cristopher Nolan le ha dado las que para mí son las dos mejores películas de super héroes jamás creadas, sino que ahora además Rocksteady consigue casi lo mismo en lo que a videojuegos se refiere. Así cualquiera…
Batman Arkham Asylum no tiene relación directa con los magníficos largometrajes de Nolan, pues el juego no es en absoluto una adaptación de las películas, sino que bebe directamente del cómic, pero la influencia de la ambientación lograda en Batman Begins y El Caballero Oscuro es más que evidente, con una constante oscuridad, una enorme seriedad en la trama y el planteamiento o un esfuerzo por el mayor realismo posible; incluso en aspectos como la música (que por veces nos recuerda a Hans Zimmer) o las voces (en España la voz de Batman es la misma que en las películas) no nos será difícil establecer el vínculo. Pero no lo digo porque me parezca un plagio o algo por el estilo, sino todo lo contrario, porque esa es precisamente el tratamiento perfecto que Batman requiere, lo que ha quedado sobradamente demostrado en los últimos años.
El peso fundamental de la trama recae en el más mítico de los villanos de Batman, el histriónico Joker, que planifica un asalto desde dentro a la prisión-manicomio de Arkham, de máxima seguridad y plagada de delincuentes tan peligrosos como Harley Quinn, el Espantapájaros o Hiedra Venenosa, que se aliarán con el bufón de la sonrisa permanente en sus pérfidos planes, en los que no encontramos el típico deseo de poder o riqueza, sino simplemente el gusto por sembrar el caos, que es lo que produce verdadero placer al Joker.
Con este objetivo, el villano convierte a la aislada prisión en una especie de atracción terrorífica, un espectáculo lleno de teatralidad puesto al servicio de su placer por la más incoherente anarquía. Ese será el escenario en el que se va a desarrollar toda la aventura, en el que Batman, bajo nuestra tutela, tratará de poner orden en la anarquía y desbaratar los planes del Joker, que no solamente pueden suponer la destrucción de la cárcel, sino también de toda la ciudad de Gotham.
Este argumento está inspirado en la novela gráfica del mismo nombre que el juego, obra de Grant Morrison y Dave McKean, y publicada por DC Comics en 1989; si bien son numerosas las diferencias argumentales ya que, al igual que Nolan en las películas, los chicos de Rockstedy se tomaron bastante libertad para incorporar o desechar elementos con tal de conseguir la mejor experiencia jugable, y la jugada les salió realmente bien, porque Arkham Asylum no solamente posee una excelente ambientación y un guión atractivo, sino que además resulta divertidísimo y muy completo en el plano jugable.
El desarrollo es bastante lineal, pues aunque dispongamos siempre de todo el mapa para ir a donde nosotros queramos, hay un objetivo claramente marcado que es el que debemos superar para poder seguir avanzando. Puede que esto no suponga demasiada libertad, pero evita que tengamos que errar por los escenarios buscando la clave para abrirnos paso hacia una nueva área. Se renuncia en buena medida a la aventura, pero la acción y el sigilo son los componentes fundamentales desde el primer momento, y están tan bien resueltos que poco más le hace falta a Arkham Asylum para ser un gran juego.
La base de la acción serán unas peleas al más puro estilo de un beat’ em up, empleando solamente un par de botones y con un porrón de enemigos simultáneamente (llegan a una docena sin ningún problema). La verdad es que resultan bastante fáciles, pero enganchan irremediablemente, y se incorporan algunas variantes como enemigos con armas blancas o porras eléctricas que requerirán movimientos especiales. Este tipo de enfrentamientos son una constante en todo el juego, y los enemigos son todos casi iguales, pero yo personalmente no me he aburrido de liarme a mamporros en todo el juego.
Respecto a la parte de sigilo, encontraremos con frecuencia zonas en las que hay enemigos con armas de fuego, que acabarán con nosotros en cuestión de segundos si son capaces de encontrarnos. De modo que lo que se impone es movernos sin llamar la atención, esperando a que algún guardia esté aislado para acabar con él y desaparecer rápidamente entre las sombras. Estas partes son a veces muy complicadas, pero resultan un reto de lo más sugerente, y el control resulta tan cómodo que, una vez nos acostumbremos a un par de conceptos básicos, podremos hacer verdaderas maravillas enganchándonos en salientes, planeando o usando algunos de los gadgets míticos de Batman.
Además, contamos con una habilidad muy especial, el Modo Detective, que nos permite tener una visión del escenario en la que se resaltan ciertos elementos, como enemigos o puntos de interés, lo que nos facilitará enormemente la tarea en diversos momentos, y que vendría a representar las desarrolladas capacidades de percepción de Bruce Wayne.
Con estos ingredientes, a los que hay que añadir algo de exploración, siempre bastante superficial; alguna que otra parte de pensar, aunque difícilmente podemos llamarle puzles; y unos pocos jefes finales en los que tendremos que cambiar la forma habitual de hacer las cosas; se completa un juego muy equilibrado, que pese a no tener aspectos especialmente innovadores y apostar por una diversión bastante directa y lineal, atrapa con facilidad desde el primer momento.
El apartado gráfico está a un altísimo nivel, mostrando unos escenarios oscuros pero llenos de detalle, con una arquitectura muy cuidada y una constante espectacularidad. La prisión de Arkham es un complejo con varios edificios, y cada uno de ellos muestra un estilo diferente, combinándose arquitectura clásica con lugares más modernos y tecnológicos. Los personajes, por su parte, presentan un diseño muy sólido y coherente con la apariencia general, además de unas animaciones excelentes. Lo único que se le puede echar en cara es que los enemigos tienen una escasa variedad, por lo que veremos caras repetidas hasta la saciedad; y que los rasgos faciales presentan algunos aspectos mejorables. Pero en conjunto el apartado visual es, sin duda, sobresaliente.
También el sonido responde con un nivel muy alto, por ejemplo en lo relativo a la música, que arropa la acción con melodías rápidas e intensas, alternadas con otras más suaves y misteriosas; todas ellas caracterizadas por encajar de forma muy coherente con el tono general del juego. Las voces, por su parte, están dobladas en perfecto castellano, y llama especialmente la atención que la voz de Batman sea la misma del personaje interpretado por Christian Bale en las películas, que muchos ya asimilamos rápidamente y que queda estupenda. A veces van algo descoordinadas respecto a los movimientos faciales, pero tampoco es algo como para quejarse amargamente.
En los aspectos relativos al control, como ya hemos ido anticipando antes, pocas cosas hay en Arkham Asylum que merezcan ser criticadas, pues a pesar de que no son pocos los recursos que va a desplegar Batman, todos ellos se realizan de una forma muy cómoda e intuitiva. Y eso es algo que tiene mucho mérito, sobre todo teniendo en cuenta la fidelidad con la que se han recreado las míticas habilidades del hombre murciélago, desde el planeo con su capa hasta el gancho para colgarse en salientes, pasando por los batarangs arrojadizos. Desde luego, los fans del héroe creado por Bob Kane difícilmente podrían haber pedido más a un juego que lo empleara como protagonista.
Finalmente, debemos referirnos a aspectos como la dificultad, perfectamente distribuida en tres niveles diferentes (fácil, normal y difícil), que hacen honor a sus nombres; y la duración, que puede situarse en torno a las 15 horas, pero que se amplía notablemente gracias a los múltiples secretos que esconde el mapa y a los modos de juego que aportan diversos retos contrarreloj bastante interesantes.
Recapitulando, Batman: Arkham Asylum se convierte, al menos desde mi punto de vista, en el mejor videojuego basado en un superhéroe que haya visto consola alguna. No solo es una delicia por su trabajadísima ambientación, perfecta para un personaje envuelto en la oscuridad y el misterio; sino que además funciona perfectamente a la hora de divertir, incluso a alguien que nunca haya mostrado interés por el personaje protagonista. De este modo, además de recomendarlo encarecidamente a cualquiera que se considere fan de Batman, lo recomiendo también a todos aquellos que gusten de la acción con dosis de sigilo, porque el juego posee virtudes más que de sobra para convencer a cualquiera.
LO MEJOR
+ La ambientación es soberbia.
+ Control con grandes posibilidades y fácil de dominar.
+ Las habilidades y gadgets de Batman.
LO PEOR
– Resulta un pelín lineal.
– Escasa variedad de enemigos.
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