Aquellos míticos «Artículo en construcción»
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Y la cosa sigue…
Pero vamos a lo que vamos. Con el boom de Internet, entre finales de la década de los ’90s y principios del ’00s, se produjo la aparición de millones de páginas web. Como los más viejos recordaréis (en esto de Internet, de 30 para arriba ya cuenta como viejos), no tenían nada que ver con las webs actuales, se hacían con HTML puro y duro y utilizando tablas en la mayoría de los casos. Pero hay un apartado que recuerdo con «cariño», esas secciones en construcción, en breve, dentro de un tiempo, próximamente… que a la práctica acababa siendo un «para nunca».
Actualmente, con las tecnologías disponibles, se busca la mejor experiencia de navegación, que sean responsive, y treinta mil cosas más relacionadas con la usabilidad que no vienen a cuento comentar, todo gracias a la evolución del HTML, CSS y demás términos de programación y maquetación. Pero unos años atrás no existía nada de esto…
Si tenéis curiosidad por saber como era una página web antaño, os podéis pasar por Internet Archive, y con que pongáis la URL y seleccionéis una fecha, voilá.
Volviendo al tema, en los inicios de la explosión de Internet, todo el mundo quería tener una página web, llenarla de fotos, vídeos, información variada… cuanto más, mejor. Para ello, se habilitaban varias secciones que conformaban el esqueleto de la web, con la idea de rellenarlas de contenido en un futuro, cosa que casi nunca se cumplía, porque el interés se iba perdiendo en el proyecto conforme pasaban los meses. Y llegando al extremo de tener un dominio comprado pero estar todo él en construcción.
A causa de esto, nos encontrábamos las páginas web repletas de gifs animados, unos con más gracia que otros (quien no recuerda el obrero trabajando), informándonos de tal situación:
Estas secciones eran realmente molestas, ya que aterrizabas en una web que prometía gran cantidad de contenido, y no era así. Además, daba una sensación permanente de estar inacabada y dejada por los programadores. Por suerte, poco a poco se ha ido abandonando esta práctica, apareciendo nuevas secciones de la nada (la magia de Internet).
Otro tema gracioso era la fiebre que había con los gifs animados. Las páginas webs estaban plagadas de ellos, unos mejor utilizados que otros, unos que daban ataques epilépticos, otros que no venían a cuento de nada y estaban ahí de relleno porque a alguien le habían parecido bonitos; vamos, cualquier razón era buena.
Hay que tener en cuenta que al principio del mundo 2.0 las reglas y herramientas eran muy diferentes a las actuales, y para crear una página web la dificultad era muy superior respecto a ahora. También la importancia de la experiencia de usuario era algo que no se tenía en cuenta. Como todo en la vida, la cosa ha ido evolucionando.
Siempre que navego por la red y me encuentro con alguna sección que está «en construcción» o similares, no puedo evitar esbozar una sonrisa.
Y hasta aquí este pequeño guiño a los inicios de la explosión de Internet y su llegada a las masas, con sus míticas secciones en construcción y gifs animados.
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