Análisis de Zone of the Enders
Konami, 2001, Acción
Allá por 2001 todos miraba a Konami pendientes de Metal Gear Solid 2, esperadísimo juego para Play Station 2 que se estaba retrasando y parecía que no iba a salir nunca. Fue entonces cuando Konami decidió acompañar el lanzamiento de su nuevo juego, Zone of the Enders, con una completa demo de la segunda aventura de Solid Snake, y que en aquel momento generó casi más expectación que el juego con el que se vendía. Pese a ello y pese a su cortísima duración, el principal de los defectos que se le achacaron, se hizo un hueco entre los usuarios por su espectacularidad gráfica, su nivel de acción y el diseño de sus mechas. El propio Hideo Kojima, creador de Metal Gear, fue uno de los principales responsables del proyecto.
El argumento de Zone of the Enders nos traslada al siglo XXII, en el que los humanos han colonizado buena parte del Sistema Solar, y concretamente a Antilia, una colonia espacial que orbita alrededor de Júpiter, y cuyos habitantes reciben el nombre de “Enders” por ser los que más alejados de la tierra viven. Uno de los mayores avances que existen en esa época son los Orbital Frames, un tipo de robots con una desarrollada Inteligencia Artificial y que eran pilotados por un humano entrenado, permitiendo la exploración de zonas angostas del espacio y siendo un arma de guerra de primer orden.
El joven protagonista, Leo Stenbuck, se verá envuelto en un desafortunado incidente, en e que mueren varios de sus amigos, y acaba pilotando el Jehuty, un modelo experimental de Orbital Frame realmente avanzado, y que parece sincronizarse a la perfección con Leo. Al mismo tiempo, una fuerza rebelde trata de hacerse con el Jehuty, por lo que las hordas de enemigos ya están servidas.
La estructura de juego es simple: Tenemos un mapa con diversas áreas, entre las que podremos movernos libremente en función de los objetivos que nos hayan sido encomendados. Tras cumplir la misión suele tener lugar una secuencia con algún acontecimiento de la trama, y se nos asignará un nuevo objetivo para cumplir.
El equipamiento de Jehuty, el mecha que pilotamos, se compone básicamente de una espada para corta distancia y la posibilidad de lanzar bolas de energía contra enemigos lejanos. A medida que vayamos avanzando en el juego conseguiremos algunas armas nuevas, pero la base de nuestro combate será la misma que al principio, y prácticamente no hay opciones de configuración que nos permitan editar el robot a nuestro gusto.
Zone of Enders destacó especialmente por su espectacular apartado gráfico, desde luego de los mejores que se habían visto en una Play Station 2 que todavía estaba dando las primeras muestras de su potencial. Los mechas no sólo tenían un excelente diseño (obra de Yoji Shinkawa, diseñador de personajes y del propio Metal Gear en Metal Gear Solid), sino que además aparecían en pantalla con un tamaño enorme, una definición excelente, un alto nivel de detalle y unas animaciones muy fluidas. A eso hay que añadir unos buenos escenarios de fondo, que pecan de cierta repetición de elementos, pero que por el contrario lucen muy bien y son bastante realistas, además de verse afectados por los disparos y explosiones de los enfrentamientos entre robots.
A nivel sonoro Zone of Enders cumple sobradamente con unos logrados y creíbles efectos de sonidos, algo importante teniendo en cuenta que constantemente se producen explosiones, disparos, choques… y el escuchar todo esto complementa estupendamente a la espectacularidad gráfica. La banda sonora tiene momentos, pero en general pasa bastante desapercibida y sus melodías no destacan especialmente.
En lo relativo al control, hay que reconocer que Konami ha hecho un gran trabajo, pues una propuesta tan ambiciosa no era fácil de adaptar a las limitaciones de un mando. Sin embargo, y pese a que los robots se pueden mover por los aires en cualquier dirección, apenas tendremos problemas para orientarnos o encarar a los enemigos. De vez en cuando la cámara resulta incómoda, pero no sucede a menudo. Para pelear fijamos a los enemigos pulsando un botón, con lo que siempre estaremos orientados hacia ellos, y de este modo ni los perderemos de vista ni atacaremos en dirección contraria; a veces a corta distancia los combates resultan algo caóticos, pero en general se controlan de maravilla.
Por otro lado, los escenarios son bastante restringidos, tanto en extensión como en misiones a realizar; algo que limita mucho el juego, pero que hace que nunca nos perdamos y que sea fácil localizar los objetivos (a lo que también ayuda un cómodo mapa). Nuestros cometidos son en general bastante simples (localizar un código, un arma concreta…), y para evitar que los logremos nos habremos de enfrentar una y otra vez a los mismos enemigos, pues en este sentido Zone of the Enders ofrece muy poca variedad; sólo los espectaculares jefes finales romperán está rutina, ofreciéndonos los que, con mucha diferencia, son los mejores momentos del juego.
La simpleza en el desarrollo del juego, unida a su excesivamente corta duración, son los principales problemas de este juego, que ofrece una experiencia muy intensa pero poco variada y que se terminará cuando todavía estemos comenzando a saborearla, pues en cinco horas se puede fácilmente terminar con el modo historia; y aunque hay algunos extras, como un interesante modo de combate para dos jugadores, Zone of the Enders no presenta demasiados alicientes para seguir haciendo cosas una vez hayamos terminado la trama principal.
LO MEJOR
+ Las batallas con los jefes.
+ Espectacularidad gráfica.
+ Los mechas.
LO PEOR
– La constante repetición de enemigos.
– La escasísima duración.
– Objetivos simples y reiterativos.
Review de Zone of the Enders – Pixfans
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