Análisis de Europa Universalis III: Napoleón

Paradox, 2007, Estrategia
Europa Universalis III

Paradox Interactive lleva ya tres capítulos de su saga Europa Universalis ofreciendo uno de los juegos de estrategia con más posibilidades de gestión que podemos encontrar. En esta ocasión no nos encontramos ante una edición nueva, sino una especie de expansión de la tercera parte, pero que no necesita del original para funcionar, y que incorpora algunas novedades interesantes, como una línea de tiempo más larga (hasta 1821) y más facilidades para el comercio.

Europa Universalis III: Napoleón es un juego de estrategia en tiempo real centrado completamente en las labores de gestión, lo que quiere decir que no dirigiremos a nuestros ejércitos en la batalla, y que todo lo haremos a través de un mapa de todo el mundo y un completísimo sistema de menús, repleto de variables económicas, políticas y militares.

Europa Universalis III

Podemos comenzar en diferentes momentos históricos entre los siglos XV y XVIII, concretamente estos momentos son: El Nuevo Mundo (1492), la Guerra de la Liga de Cambrau (1508), la Guerra de los Ochenta Años (1579), La Guerra de los Treinta Años (1618), la Guerra de Sucesión Española (1701), la Guerra de la Cuádruple Alianza (1718), la Guerra de los Siete Años (1756), la Guerra de Independencia Americana (1778) y Francia Revolucionaria (1789). Dependiendo de cual sea nuestra elección, nos encontraremos un punto de partida bien documentado históricamente, con las fronteras reales que las diferentes unidades territoriales tenían por aquel entonces y datos con bastante buen criterio sobre el poder de cada una. A la hora de elegir el país que queremos gestionar no tenemos prácticamente limitaciones; el juego se llama Europa Universalis, pero todo el mundo está a nuestra disposición, y de Oriente a Occidente podremos elegir cualquier territorio que contase con una mínima unidad política. Este es sin duda uno de los grandes aciertos de Europa Universalis III, pues el juego no nos define un objetivo ambicioso de conquista imparable, sino que simplemente nos deja que nos marquemos nuestros propios retos. Si elegimos una nación poderosa, podremos aspirar a ir sometiendo poco a poco a los territorios de nuestro alrededor y lanzarnos a la carrera por la dominación de los nuevos descubrimientos; pero también resulta un reto sugerente seleccionar un pequeño feudo rodeado de naciones más poderosas, pues requerirá mucha más habilidad diplomática y una sabia gestión que nos permita irnos haciendo hueco entre las naciones con prestigio y, tal vez algún día, podamos enfrentarnos cara a cara con los más grandes.

Hay varios niveles de dificultad, que permiten poner el reto del juego a la altura de lo que nosotros queramos; pero en general, Europa Universalis III: Napoleón resulta un juego fácil de jugar (especialmente porque podemos tomárnoslo con calma gracias a las distintas velocidades), pero dificilísimo de dominar, ya que para atender a todas las variables que ofrece hay que ser todo un estadista y dedicarle excesivo tiempo, algo que desanimará a los que busquen una experiencia intensa y llena de batallas, pero que entusiasmará a los aficionados a la planificación más sosegada, que prefieran los aspectos económicos y políticos (logradísimos en este juego) al control de ejércitos (que resulta muy superficial).

Europa Universalis III

En el juego de Friendware y Paradox podemos reclutar a diversos personajes para que colaboren con nuestra gestión, como gobernantes, consejeros, líderes, comerciantes, colonos, misioneros y espías. Si elegimos la opción “históricos”, muchos de estos personajes serán reales, e irán apareciendo en el momento que históricamente les correspondería, lo que supone un aliciente para aquellos más interesados en el conocimiento del pasado.

A nivel técnico Europa Universalis III: Napoleón no es precisamente un dechado de virtudes, pero ello también lo convierte en un juego fácil de mover por ordenadores que no estén a la última, aunque sus requisitos son algo excesivos para su simpleza. Todo el juego, incluyendo las batallas, se gestiona desde un mapa como el que podéis ver en las imágenes, que resulta funcional y agradable, pero que resulta algo pobre en comparación a lo visto en otros juegos. Así que no esperéis ningún tipo de espectacularidad gráfica, pero también hay que considerar que, viendo la orientación decidida del juego hacia la gestión por menús, éste tampoco necesita grandes alegrías visuales, aunque evidentemente no hubieran venido mal.

En cuanto al sonido, podemos destacar una banda sonora en la que se alternan temas tranquilos, muy relajantes y agradables de escuchar; con otros épicos y trepidantes, que contribuirán a acelerarnos en aquellos momentos en lo que la tensión es máxima. El estilo de estas melodías es muy tradicional, pero no cabe duda de que son muy efectivas y, pese a no ser excesivamente numerosas, componen una banda sonora digna de mención. Por otro lado están los efectos de sonido, sencillos pero muy útiles porque acabamos por reconocer rápidamente lo que representa cada uno, y facilitan que agilicemos todavía más nuestras acciones.

Europa Universalis III

A nivel de jugabilidad hay que destacar la interfaz, algo absolutamente decisivo en un juego de este tipo, y que en el caso de Europa Universalis III: Napoleón cumple con su cometido perfectamente, permitiendo al jugador acceder de modo preciso e intuitivo a la ingente cantidad de posibilidades de gestión económica, política y militar de que disponemos. Necesitaremos algo de tiempo para dominar los menús, pero no porque estos sean incómodos, pues es al contrario, sino porque son muchísimos. De todos modos, contamos con una tutorial bastante completa que nos pondrá al día sobre todas nuestras posibilidades, y que resulta imprescindible para aquellos que se pongan frente a un Europa Universalis por primera vez.

Una de las principales novedades de este Napoleón respecto al juego original, reside en que el comercio presenta ahora ciertas posibilidades de automatización, por lo que ya no estamos obligados a realizar todo de forma manual, y ello nos libera un poco de algunos aspectos que podrían terminar cansando, y nos permite avanzar un poco más rápido y centrarnos más en otros aspectos (en todo caso es algo que queda a la libre elección del jugador). Otras labores complejas que requerirán de toda nuestra pericia y atención serán la gestión de los territorios (especialmente compleja en aquellos de nueva conquista), el control de la diplomacia y el mantenimiento y correcta distribución de nuestro ejército y flota.

Europa Universalis III

Europa Universalis III: Napoleón resulta muy entretenido, y ofrece al jugador cierta libertad para que se centre más en unos o en otros aspectos, siempre, eso sí, relativos a gestión a través de menús y sin prácticamente nada que hacer directamente sobre el mapa. Su nivel técnico está algo desfasado, y en conjunto queda lejos de obras maestras de la estrategia como los últimos episodios de la saga Total War; pero aún así ofrece una complejidad difícil de encontrar en el género, que actualmente tiende a orientarse más al combate, y puede ofrecer horas y horas de juego gracias a sus casi inagotables posibilidades de elección geográfica y temporal. Puede que para los que ya tengan Europa Universalis III no aporte demasiado, y que horrorice a aquellos que odien los números y la gestión pausada, pero seguramente convenza a los que gusten de ella y los que quieran una experiencia con un buen trabajo de documentación histórica detrás.

LO MEJOR

+ La ingente cantidad de posibilidades de gestión.
+ El completo trabajo de documentación.
+ Poder elegir casi cualquier país de Época Moderna.

LO PEOR

Gráficamente deja bastante que desear.
– Se nota que fuera de Europa está menos trabajado.
– No poder hacer nada en las batallas.

Europa Universalis III

Review de Europa Universalis III: Napoleón

Amorin Uzuki

Alfonso I. Amorín es doctor en Historia por la Universidade de Santiago de Compstela . Es un friki de los videojuegos, fan de las series de HBO, la música épica y la cultura japonesa. Actualmente a vueltas con Skyrim, Bayonetta 2, The Witcher y Rogue Galaxy. A petición popular por fin me he hecho un Twitter.

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5 Respuestas

  1. sejrazo dice:

    Buena review AMorin…

    Precisamenta, uno de los mayores fallos que tiene el que este juego sea tan «histórico» es que muchas veces no buscas determinadas situaciones porque sabes que van a suceder de antemano. O te preparas para tal o cual invasión porque te sabes la fecha en que se produjo el suceso histórico. A mí, supongo que por deformación profesional, me pasaba continuamente, tanto en los Europa Universalis como en los Hearts of Iron…

  2. y que importa quien soy solo deme el dolar dice:

    uf que suerte por el titulo pense que hablarian de histora jajajajajja

  3. caramat dice:

    esta muy logrado, enhorabuena

  4. waffen dice:

    a sejerazo, o no has jugado lo suficiente o no has prestado atención, el juego de historico tiene muy pero que muy poco,
    si juegas en el año 1450, verás como es posible que Castilla no se una a Aragón, o que el Reino Unido, nunca llege a existir, o si comienzas sobre el 1630, España no pierda sus pertenecias en Italia, ni holanda, que ni siquiera los ingleses consigan las trece colonias, que escocia nunca surja, y un largo ect.

    y en cuanto al que hace el comentario de la página, decirle que a es muy probable que tu pais libre 3 ó 4 batallas al mismo tiempo en diferentes lugares del mapa, como para intervenir, para eso ya está el totalwar.

  5. berto dice:

    … en un Total War, tu país (ó facción), también puede librar 3 o 4 batallas al mismo tiempo, ya sea por elección propia, o por que la IA te obliga a hacerlo (al terminar, la IA, de mover una facción enemiga a la tuya, o que no es enemiga pero desea serlo en ése turno XD)…

    … al mismo tiempo, en un Total War, significa: en el mismo turno, y no conozco el Europa Universalis, pero debe significar lo mismo, creo.

    Lo que sí es cierto es que las habilidades, más que nada en diplomacia, de la IA de los Total War es pobre, por no decir lamentable XD.

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