Análisis de Dead Space
Los estudios internos de Electronic Arts se introducen de lleno en el género de los Survival Horror con Dead Space, un juego en tercera persona que ha aterrizado recientemente en Play Station 3, XBOX 360 y PC, y que nos invita a acompañar a Isaac Clarke a través de doce intrigantes capítulos desarrollados en una misteriosa nave espacial tomada por una agresiva especie alienígena que no parece llevarse muy bien con los humanos.
Dead Space nos sitúa en un futuro en el que la humanidad ha logrado extender notablemente su área de influencia por el espacio, en buena medida por que su planeta originario, o sea la Tierra, anda escasillo de recursos y se hace necesario extraerlos de otros planetas, para lo que se envían enormes naves mineras. Una de estas naves es la USG Ishimura, que será en la que se desarrolle el juego casi en su totalidad, y que se encuentra incomunicada en el planeta Aegis 7, en el que desempeñaba su labor. Issac Clarke, el protagonista, llega a este enorme ingenio en la USG Kellion, con el objetivo inicial de reparar los sistemas de comunicación del Ishimura que se creían averiados; le acompañan también Zach Hammod, jefe de seguridad, y Kendra Daniels, una experta informática.
Sin embargo, lo que en principio debía ser un trabajo rutinario, comenzará a convertirse en una pesadilla desde la accidentada llegada, en la que el Kellion casi acaba hecho pedazos por las dificultades surgidas en el acercamiento al Ishimura. Pero las cosas empeorarán mucho más cuando, al entrar en el gran transbordador, se descubre que la mayor parte de la tripulación ha muerto, y comienzan a aparecer unas terribles criaturas que atacan sin piedad a los recién llegados. Estas criaturas resultarán ser necromorfos, miembros de una especie alienígena capaz de controlar los cadáveres de los humanos muertos, con los que ya os podéis imaginar por dónde van los tiros…
En este entorno tan extremadamente hostil nos tocará la complicada papeleta de internarnos a los más diversos lugares para tratar de recuperar ciertos sistemas del Ishimura que nos permitan de uno u otro modo conseguir ayuda exterior o salir de ahí. El curso de los acontecimientos irá modificando el plan de actuación, y no tendremos un segundo de respiro si queremos llevarlo a buen puerto.
Sobre el protagonista, Isaac Clarke, podemos señalar que debe su nombre a dos de los maestros de la literatura de ciencia-ficción, como son Isaac Asimov y el recientemente fallecido Arthur C. Clarke; así como que es uno de estos personajes planos y sin personalidad, que no dan una palabra en todo el juego, tratando así de facilitar la identificación del jugador (como Link o Samus, por ejemplo).
El desarrollo del juego lleva numerosos aspectos característicos del género Survival Horror, aunque suavizados para dar más importancia a la acción como sucedió con Resident Evil 4, aunque la atmósfera resulta más agobiante y angustiosa que en el juego de Capcom, pero comparte con él muchas similitudes, incluyendo la particular perspectiva en tercera persona, que de nuevo se vuelve a demostrar muy cómoda y funcional, así como aspectos como el mostrar el camino a seguir o las grandes cantidades de munición disponibles (aspectos que rompen con lo habitual en los Survival Horror). Las referencias a Resident Evil 4 son inevitables, pero en absoluto negativas, ya que el juego de Electronic Arts tiene personalidad propia y tanto su entorno como su trama se alejan bastante de dicho juego. También me he acordado mucho de Doom 3 mientras lo jugaba, por la ambientación, los decorados, algunos sustos o la oscuridad; e incluso en algunas ocasiones me acordé de los Metroid Prime, por ese personaje oculto tras un traje espacial y por la resolución de puzles moviendo objetos o activando circuitos de una cierta complejidad.
En todo caso, todas estas referencias de las que he hablado no impiden que Dead Space haya logrado ser un juego impactante, gracias especialmente a su espectacular apartado gráfico y la genial ambientación que lo envuelve, a su pulido control, interesante arsenal, y a opciones tan originales como un poder que nos permite mover objetos en el aire (si bueno, también lo hemos visto en Half Life 2 y otros, pero sigue siendo algo fresco) o lo bien resueltas que están las zonas sin gravedad, aspectos todos que hacen de este juego un grande.
Si nos centramos en la valoración visual, Dead Space es simplemente magistral. La capacidad de los chicos de EA Redwood Shores ha estado por encima de lo que se esperaba, y todo luce con una definición, texturas, efectos o animaciones que son para quitarse el sombrero. En general es un juego de escenarios oscuros, pero no para tapar defectos gráficos, ya que cuando las luces se extienden todo sigue siendo impecable, y el pequeño resplandor de nuestra linterna está perfectamente resuelto. En contra de los escenarios sólo podría decir que resultan repetitivos, pero que le vamos a hacer si estamos todo el tiempo dando vueltas por la misma nave espacial.
De los personajes podríamos decir lo mismo, lo peor es su falta de variedad, y es que no debe haber mucho más que una docena de bichos diferentes, que nos cansaremos de matar una y otra vez, pero al menos están realizados con sumo cuidado y meten miedo, que es lo que se espera de ellos. Sus animaciones son muy fluidas, y sus reacciones ante nuestros disparos excelentes, desmembrándose sus cuerpos de un modo muy creíble. Los escasos humanos que nos encontraremos en nuestra aventura también están bastante bien, aunque su participación es tan escasa que no requirieron un gran esfuerzo.
Finalmente, hay que hablar también de los efectos, como la abundante sangre, agua, polvo, humo o la ya referida iluminación, que mantienen el elevado nivel del conjunto, y que ayudan aún más a mejorar la ambientación. Situaciones como la presurización de algunos compartimentos de la nave tras haber estado en contacto con el espacio, parecen directamente secuencias de alguna película, pero nos moveremos por ellos en tiempo real sin ningún problema. Sólo hay una cosa que en lo visual me pareció poco acertada, aunque apenas tiene repercusión en lo jugable, y es una física totalmente absurda de los objetos que hay en el suelo, y que son de dos tipos, aquellos que nuestro personaje desplaza como si no pesaran nada y aquellos que resultan totalmente inamovibles. Si Isaac camina por un suelo pringoso su paso se hace más lento, sin embargo éste no se ve afectado por los obstáculos, y la forma de andar no varía aunque estemos desplazando el cadáver de una criatura de mayor tamaño que nosotros, una caja o una silla. Sin embargo, una pequeña mesa resultará algo imposible de mover…
Respecto al sonido, lo primero decir que no podemos comentar nada sobre el doblaje al español que el juego tiene, pues por algún error la promo que nos cedieron de Electronic Arts era la versión de Europa del Este (que por suerte mantenía las voces en versión original); así que, señalando que las voces en inglés son estupendas dejamos a un lado este aspecto y nos centramos en música y efectos. Respecto a las composiciones, casi ni las recuerdo, y es que la ambientación para nada se basa en ellas y tienen muy poca relevancia, aunque sí salta para poner tensión en algunos momentos con variaciones que servirán por sí solas para acelerar el pulso. Respecto a los efectos, están realizados con sumo cuidado, y vale la pena subir el volumen para escucharlos bien y meterse a tope en la experiencia; cualquier ruido nos hará girar rápidamente para ver si nos viene alguna criatura, y la falta de luz en muchos casos nos obliga a tener los oídos a tope de revoluciones para evitar sorpresas desagradables, y la tensión que esto genera es de lo más interesante. Pero además de la importancia en el juego que tienen los efectos, hay que destacar lo logrados que están, siendo los gritos y gruñidos de las criaturas, las pisadas o las deformaciones cuando estamos en el espacio los más logrados.
Ya puestos a analizar lo que hacemos con el mando, el estilo de control que popularizó Resident Evil 4, con la cámara situada sobre el hombro derecho del personaje, se vuelve a mostrar como impecable, y olvidaos del mítico control torpe aposta de muchos Survival Horror, en Dead Space el protagonista responde a las mil maravillas, se mueve con soltura y cuenta con un arsenal imponente y muy fácil de utilizar, ya que apuntar y disparar es algo muy intuitivo y preciso. También acciones especiales como manejar los objetos que hacemos flotar o movernos en zonas sin gravedad resultan sencillas de realizar. Al excelente control hay que añadir que el juego también facilita nuestra labor con un sistema de localización de objetivos, en el que simplemente pulsando R3 se nos marca con una línea la trayectoria que debemos seguir, de modo que no se nos obliga a dar vueltas si no queremos, lo que hace muy sencillo avanzar, pero para complicarnos las cosas ya bastante hacen los enemigos; así que a mí esta posibilidad me ha parecido un acierto, aunque aquellos que gusten de la exploración currada al estilo de los primeros Resident, podrían quedar un poco decepcionados.
Sobre la dificultad podemos señalar que está perfectamente ajustada, siendo en su nivel normal un juego muy equilibrado, en el que nos pondrán las cosas difíciles de modo progresivo pero sin ninguna parte que nos vaya a dar muchos quebraderos de cabeza, y hay dos modos más difíciles para que los más “hardgamers” no tengan de qué quejarse.
Con todo esto sobre la mesa, ya sólo nos resta hablar del desarrollo del juego, caracterizado por su gran linealidad, pues aunque tenemos una cierta libertad para movernos a nuestro antojo por la nave, a la mayoría de áreas no podemos volver si el juego no lo permite, y la mayoría de puertas que se mantienen abiertas son aquellas cercanas al siguiente objetivo que debemos cumplir. Pero no creo que la referida linealidad sea un gran lastre para Dead Space, que se sostiene sin problemas por la intensidad de los enfrentamientos con las criaturas, la resolución de algunos puzles, la mejora del equipamiento y las armas, o la impresión que produce recorrer unos lugares tan bien realizados.
En algunos momentos el juego puede parecer un poco repetitivo, pero el probar esa nueva arma que acabamos de comprar, algún tiroteo espacial que nos sorprende por ahí, la inclusión de algunos puzles que aportan variedad aunque resulten demasiado sencillos, o la llegada a las zonas de gravedad son algunos ejemplos de cosas perfectamente integradas para que el juego no llegue a hacerse aburrido en las 15 horas que puede llegar a durar, y que es bastante largo para un juego de este tipo, lo que compensa en buena medida su falta total de opciones, ya que no ofrece ningún modo, ya sea offline u online a mayores, pero Dead Space demuestra que no es necesario meter opciones de juego en red con calzador, y aunque se hubieran agradecido, yo en absoluto las he notado en falta. Es un juego sobradamente recomendable por su experiencia para un jugador, y una de las mejores sorpresas de Electronic Arts en mucho tiempo, sólo esperemos que el temprano anuncio de la segunda parte no vaya a suponer el primer paso para la sobreexplotación de una saga que arrancó con muy buen pie.
LO MEJOR
+ Su aterradora ambientación.
+ La perspectiva y el control funcionan a la perfección.
+ Apartado técnico de nivel.
+ Detalles como las zonas sin gravedad.
+ Duración notable para un juego de este tipo.
LO PEOR
– Apenas cuenta con contenido extra.
– Escasa variedad de enemigos.
– Se hace un poco lineal.
Deja tu huella
Crea tu avatar