Análisis de Burnout Paradise
Nunca me han gustado los simuladores de coches, ya que por su realismo, se precisa de una habilidad y práctica que por lo menos yo no tengo, y a la mínima de cambio me encuentro fuera de la pista. Sin embargo siempre me atrajo el género arcade de conducción y Burnout Paradise tal vez sea el mejor exponente de este género como en su día lo fueron Sega Rally y San Francisco Rush.
Lo primero que sorprende de esta nueva versión de Burnout es de la carencia de un menú en el que podamos seleccionar las pruebas o misiones. Nos encontraremos circulando por Paradise City, una ciudad totalmente abierta con grandes zonas interurbanas y carreteras secundarias de montaña en la que transcurrirá todo el juego, y allí, en determinadas zonas, podremos activar las distintas pruebas. Esta innovadora manera es bastante acertada, ya que desde el primer minuto de juego hasta el último estaremos conduciendo y no decaerá la tensión en ningún momento. Gozaremos de una total libertad gracias a la cuál podremos explorar, buscar atajos, realizar super saltos, conseguir nuevos coches que conducirán a toda velocidad por la ciudad hasta que les bloqueemos el paso, y activar todo tipo de misiones. Lo único negativo de esta nueva concepción es que tras fallar en una misión no podremos repetirla inmediatamente, si no que tendremos que volver al «punto caliente» donde se activa, y esto supone realizar todo el camino a la inversa hasta el comienzo.
Para orientarnos dentro de Paradise City dispondremos en todo momento de un mapa, donde se anotarán los puntos de interés, y de una brújula que nos orientará hacia la meta en determinadas carreras. El único problema es que a veces no está claro por dónde ir, y muchas carreras se perderán más por falta de orientación que por ir más lento que los rivales, sobretodo en las televisiones pequeñas, donde el mapa se vuelve una herramienta algo confusa y el radar no es suficiente para orientarnos. Además distrae bastante, lo suficiente como para que tengamos un accidente.
El nivel gráfico del juego es realmente espectacular, una delicia para la vista. Paradise City es una ciudad viva, con multitud de posibilidades y animaciones. Los coches son también más realistas que nunca, y a pesar de no ser modelos reales, están muy bien diseñados y sufrirán en su estructura cada uno de los golpes que reciban. También destacan las increíbles repeticiones a cámara lenta de los accidentes que vayamos teniendo.
Existen lugares repartidos por la ciudad en diversos puntos cuya visita será obligada incluso en medio de una misión. Los talleres de reparación volverán a dejar nuestro vehículo recién salido del concesionario, las gasolineras nos proporcionarán la barra del turbo y los talleres de pintura cambiarán el color del coche. También habrá que visitar el desguace, lugar donde se almacenan todos los vehículos de los que dispondremos para recorrer las transitadas calles de Paradise. Hasta 70 coches distintos de varias categorías cada uno adaptado a un tipo específico de prueba.
Las pruebas siguen la línea de las anteriores ediciones. Carreras clásicas en las que valdrá todo para llegar a la meta el primero, las competiciones de Furia al volante, en las que el objetivo principal será acabar con los demás coches, Caza y Captura, donde tendremos que derrotar a un rival, la prueba de acrobacias, donde conseguir un determinado número de puntos haciendo piruetas, etc. En general son bastante variadas y aportan una buena diversidad al juego.
En el apartado sonoro se dan cita grandes grupos del panorama internacional con el objetivo de ambientar al juego como los Gun´s and Roses, Avril Lavigne o Alice in Chains. Además podremos elegir qué grupo y qué tema suena en cada momento gracias a un repertorio muy amplio de más de 40 canciones. Nos acompañará también la emisora de radio Crush FM, que nos dará de vez en cuando útiles consejos en un perfecto castellano. Los efectos sonoros son muy buenos y sumergen a uno dentro de la acción. Como curiosidad, decir que cada coche dispone de su propio sonido de arranque.
Burnout Paradise es uno de los mejores títulos disponibles actualmente en el mercado. Un título tremendamente divertido y que justifica la compra de una consola. Un “must have” que te tendrá un montón de horas pegado a la pantalla.
LO MEJOR:
+ La concepción de una ciudad completamente abierta llena de posibilidades. Habrá momentos en los que intentes llegar a un sitio fijo, y sin embargo te entretengas por el camino realizando cualquiera de las pruebas.
+ El turbo. Como viene siendo habitual en esta saga, los grandes acelerones te sumergen de lleno en una acción frenética que posiblemente termine en accidente.
+ El apartado gráfico y sonoro. Los dos son excelentes.
+ Lo variados que son los tipos de coches disponibles.
LO PEOR:
– A veces el mapa o la brújula no son suficientes para orientarte.
– Tener que recorrer el camino inverso de una prueba para volver a empezarla.
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