Bionic Commando (Análisis)
Capcom/Grin, 2009, Aventura – Arcade
Hace mucho tiempo, en un país muy, muy lejano, un hombre, armado con un brazo biónico, se propuso salvar el mundo de una amenaza venida del pasado. 22 años después, Capcom retoma su historia para ofrecernos un juego en el que un brazo biónico, los saltos imposibles y una ciudad destruida por la radiación son protagonistas.
¿Quieres visitar Ascension City con Nathan Spencer? Viaja con nosotros después del salto.
1987. Capcom realiza una secuela para NES de su arcade Bionic Commando. En ella se narra la historia de Nathan Spencer, Radd, un hombre que se embarca en el rescate de Super Joe, un militar de élite desaparecido en una misión para acabar con un grupo militar que pretende dominar al mundo. Radd, con ayuda de diversas armas y un brazo biónico, se dispone a rescatarlo y salvar al mundo de la amenaza.
Capcom, 2009: la compañía japonesa decide confiar a Grin el desarrollo de una secuela de la saga. Así nace Bionic Commando, unos meses después de que los sistemas de distribución digital nos hayan permitido disfrutar de un remake del juego original, Bionic Commando: Rearmed.
En el juego que nos ocupa, cuyos sucesos acontecen diez años después de los hechos narrados en NES. El mundo es un lugar distinto: las personas con miembros artificiales, los biónicos, son proscritos de la sociedad, y son despojados de todo elemento biónico. Radd, al que encarnamos, ha estado los últimos años encerrado en una prisión, aislado del mundo y de su esposa y despojado de su brazo biónico.
La historia comienza cuando Bio-Reign, un grupo que defiende el uso de la biónica, lanza un ataque nuclear a Ascension City y la destruye por completo. Radd, a cambio de su libertad y de saber qué ha pasado con su esposa, tendrá que luchar contra ellos, abriéndose paso por una ciudad sumida en la destrucción.
Apartado Técnico
Técnicamente el motor usado por Grin se muestra tremendamente competente. No alcanza las cotas de maestría últimamente alcanzadas por Capcom (principalmente porque no es una superproducción), pero a su favor hay que decir que los escenarios son realmente grandes y que no tiene defectos gráficos notorios: el motor gestiona el entorno con fluidez, aunque existen ligeras ralentizaciones y pequeños problemas con la V-sync, en momentos muy, muy puntuales, que no enturbian para nada la jugabilidad.
El uso de la luz es muy correcto, desde los enormes entornos abiertos hasta las gigantescas cuevas existentes.
En cuanto al sonido, se combinan buenos efectos sonoros con una banda sonora muy clásica, a base de piano e instrumentos de cuerda, que acompaña muy bien a la acción y no se hace pesada en ningún momento. Las voces, como es habitual en Capcom, están en inglés, y seguramente reconoceremos alguna voz que ya hemos oído antes en The Darkness.
Otro de los puntos a favor es que los textos del juego son perfectamente legibles tanto en televisores de alta definición como en televisores convencionales, adaptando el tamaño de letra a cada visualización.
Diseño Artístico
Grin nos propone visitar una ciudad sumida en un ataque nuclear, en el que inmensas nubes radiactivas se mezclan con lo que queda de los edificios, con las enormes simas abiertas en el tejido urbano y el mar, que ha tomado gran parte de la ciudad. El primer contacto nos lanza, literalmente, al corazón de la ciudad, en un edificio de oficinas tomado por Bio-Reign en el que recuperamos nuestro brazo para, a continuación, avanzar por la sombra de lo que fue la gran urbe: edificios, puentes y viaductos, el sistema de monorraíl… todo completamente destruido, sin rastro alguno de las personas que le dieron vida.
Zonas industriales sumergidas, cuevas profundas, gigantescos parques, monumentos, instalaciones petrolíferas… dan vida a un entorno rico variado y coherente.
Jugabilidad
Llegamos a la parte importante. La jugabilidad del título se centra en el empleo del brazo biónico, tanto para alcanzar lugares aparentemente inaccesibles como para emplear los distintos elementos del entorno en combate, así como para atacar directamente a los enemigos.
Así, podremos estirar nuestro brazo y fijarlo prácticamente en cualquier superficie, pudiendo explorar esa azotea que tanta curiosidad tenemos por alcanzar. Sin embargo, el entorno diseñado no es totalmente accesible, teniendo límites a la exploración, marcados por las zonas con radiación. Es una forma argumentalmente elegante de centrar el espacio de juego y está coherentemente integrada en el espíritu esencialmente aventurero – arcade del juego. Además, no podremos acercarnos al agua, ya que con el peso del brazo nos hundiremos. Caer al mar no implica, sin embargo, morir, ya que tendremos unos segundos para intentar agarrarnos a alguna superficie cercana y evitar, así, una muerte segura.
El brazo es realmente interesante en combate. Además de las diferentes armas (pistola, ametralladora, lanzacohetes…) que encontraremos en el juego, el brazo nos permite agarrar muchos elementos del escenario para emplearlos contra el enemigo: desde coches o piedras hasta partes de la armadura que se hayan desprendido en la lucha contra nuestros adversarios. La experiencia en el combate es especialmente intensa, sobre todo en ciertas ocasiones en las que se fuerza el combate aéreo, donde tenemos que saltar al vacío para ir a por un enemigo y vencerlo en el aire.
La variedad de enemigos no es elevada, aunque no se echa en falta más: desde soldados rasos hasta militares más especializados, desde robots hasta rápidos engendros aéreos, cada uno tiene una estrategia concreta para ser eliminado. Cabe remarcar que no es un juego que se pueda ir a las bravas, exigiendo una mínima planificación del combate para evitar ser eliminados, ya que el protagonista no tiene excesivo aguante a las balas que digamos.
Los jefes finales no son meros clones y la forma de eliminarlos es bastante distinta. Mención especial para el primer combate, en lo alto de un edificio y otro contra el que luchamos en un aparcamiento.
Rejugabilidad y desbloqueables
El juego plantea varios niveles de dificultad para los amigos de los retos. En todos los niveles se encuentran items ocultos, normalmente bastante bien escondidos, que abren nuevas secciones de la galería de arte. Si hemos jugado a Bionic Commando Rearmed, además, podremos introducir unos códigos que desbloquean nuevas apariencias para el protagonista.
El diseño de logros / trofeos está muy bien implementado. Además, la consecución de esos objetivos nos premia con ventajas jugables, como mayor resistencia a los impactos enemigos o nuevas técnicas disponibles.
Impresión final
Bionic Commando se presenta como una buena aventura. Con un carácter eminentemente arcade, es un juego realmente divertido. El empleo del brazo biónico dota al juego de agilidad, frenetismo y grandes dosis de diversión. No es una superproducción, pero es un juego bien hecho tremendamente divertido y muy bien diseñado.
Por último comentar que el juego cuenta con un modo multijugador, tanto online como mediante interconexión directa de sistemas
Lo mejor
+ Una buena actualización del clásico, respentando su identidad
+ El combate con el brazo biónico fuerza el contacto y es muy divertido
+ Escenarios grandes y explorables, sin abandonar el componente arcade.
Lo peor
– En ciertas ocasiones los límites del escenario son demasiado estrictos.
– Grin Barcelona, que ha participado en este juego, atraviesa malos momentos.
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