¿Quién vigila a los vigilantes? Watchmen en cómic y en pantalla
El mundo del cómic está íntimamente unido a esos personajes que parecen haber salido de una cabalgata de carnaval: los súper héroes. Ese ha sido desde casi siempre uno de sus grandes atractivos. Mostrar personas haciendo cosas increíbles, luchando contra el mal y siendo verdaderamente inmortales. Los súper héroes lo hacen fácil, ellos son el blanco. El negro lo ponen los malvados de turno. Todo queda definido y la batalla transcurre entre rascacielos. Esta gran virtud de hacer posible lo que no lo parecía, es también el talón de Aquiles de los cómics, que pierden al público mayoritario, quien considera a los personajes de viñeta ‘cosas de niños’. Es aquí donde entra ‘Watchmen’, una historia de personas que tienen muy poco de súper, pero sí mucho de héroe.
‘Watchmen’ trata sobre héroes retirados que tienen que enfrentarse al pasado, a lo que fueron y a lo que hicieron entonces. Ésta es la propuesta que nos cuenta Alan More, papá también del maravilloso ‘V de Vendetta’. El británico, junto con Dave Gibbons, consigue humanizar a los supuestos súper héroes: mantienen las mallas y los disfraces, pero bajo esas máscaras se guardan personajes complejos al máximo, con sus bondades y maldades, miedos y locuras. Y no viven en una Gotham City oscura y anárquica. Tampoco en una Metrópolis estándar ni en una Nueva York contemporánea. More y Gibbons nos dan un golpe en la cabeza, nos dejan groguis y permanecen a la espera de que despertemos en una Gran Manzana mugrienta por la humanidad, sucia, triste. Una Nueva York de 1985 distópica en la que los zepelines dominan el cielo, los coches eléctricos son una realidad y la Guerra Fría está a punto de estallar.
¿Y si…?
Es 1985. Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam. Los problemas de contaminación no existen porque los coches funcionan con electricidad y la URSS no agoniza, es más poderosa que nunca, y la guerra entre las dos superpotencias parece inevitable. En este complejo panorama es asesinado ‘El Comediante’, un viejo héroe retirado que vivía en su piso de Manhattan. La policía no le da mayor importancia. Su viejo colega de aventuras, Rorschach, sí. Él es el último vestigio de los ‘Watchmen’, vigilantes de la ciudad que ahora se han retirado y continúan su vida de manera normal, sin altibajos, recordando quienes fueron gracias a fragmentos de periódico amarillentos. Tipos normales, todos… bueno, menos ese gigante azul llamado Doctor Manhattan, lo más parecido a Dios que ha paseado por esta tierra.
La narrativa, desarrollada a través de las entradas en el diario de Rorschach, nos cuenta como el mundo se desfragmenta poco a poco por el miedo a la guerra nuclear mientras los héroes retirados mueren de manera anónima. Leer ‘Watchmen’ significa descubrir que no todos los súper héroes alabados por el público son buenas personas; saltar al pasado para ver cómo podría haber sido la Historia; plantearse si, en algunas ocasiones, el fin justifica los medios.
Dicho todo esto, cabe señalar que la crítica considera a ‘Watchmen’ como el mejor cómic realizado hasta la fecha. Así que explicar todos sus vértices, las mil lecturas que tiene, los mensajes, guiños a la Historia… resulta extremadamente difícil.
Watchmen en el cine.
En 2009 el cómic fue llevado al cine por Zack Snyder. Como siempre ocurre con las adaptaciones, la cinta no es mejor que el cómic, pero sí le hace justicia –algo que en escasas ocasiones se puede decir-. Los primeros minutos ya enganchan al lector y cautivan al que se enfrenta por primera vez a esta historia. Vemos caer por la ventana a ‘El comediante’ y ¡pum! Segundos después suena Bob Dylan y su ‘The times they are a chang’ y ya estás enamorado. Porque si algo es verdaderamente reseñable en esta adaptación, es el sabor a cómic que destila en cada fotograma. Es más, añade algo que por limitaciones de formato, las páginas de una historieta jamás podrían reproducir: una banda sonora completamente genial.
Es aconsejable leer primero el cómic, paladearlo tranquilamente, y después pasar unas dos horas y pico fantásticas viendo la película. La historia está bien adaptada, el ritmo es el adecuado y… el final es diferente. No muy diferente, pero lo suficiente para generar el debate:
¿Cuál de los dos es mejor? Eso te toca decidirlo a ti.
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