Sobre la ecología y los manuales en los juegos
Una de las noticias del día de ayer fue la decisión de Ubi Soft de suprimir los manuales en sus juegos. El anuncio ha estado envuelto en una justificación ecologista que no pongo en duda, pero que me ha parecido un poco demagógica por parte de la compañía gala, no acabando yo de estar de acuerdo con las felicitaciones bastante generales que la noticia ha provocado.
Que nadie me entienda mal, tengo el mayor de los respetos por cualquier medida destinada a favorecer la conservación del medio ambiente, el crecimiento sostenible y todas estas cosas, pero es que me estoy imaginando desprecintando un juego, viendo una caja de DVD estándar que todo lo que incluye es un disco y un papel con la portada del juego… y me imagino que 70 euros daban para un poquito, aunque fuera un poquito, de lucimiento, y sin tener que tumbar la selva amazónica.
Y es que mi queja no va tanto por la supresión del manual de instrucciones, pues al fin y al cabo he de reconocer que últimamente en la mayoría de los casos solo los ojeo para ver las ilustraciones, guardándolos al momento mientras pienso en lo cutres que son; sino en el poco esfuerzo demostrado por las compañías en brindar alicientes para que la gente se compre juegos originales. A este paso nos acabarán vendiendo los DVD «a pelo» para que los metamos en una bobina, y con el nombre escrito a mano porque la serigrafía no sirve para nada más que para aumentar los niveles de CO2 en la atmósfera.
(¿Para qué queremos esto cuando podemos conseguir solamente el disco por el mismo precio? Creo que gasto más papel en cartones de cereales (que llevo a reciclar) que en instrucciones de juegos)
Igual es que soy yo un sentimental, y ahora a la gente le importa un bledo lo cuidada que sea o deje de ser la edición de un juego, pero yo sigo disfrutando de todas esas elaboradas ediciones especiales, con un hermoso librito, con una caja metálica o de carton, o con algún original regalo. Hace poco me compré el primer Assasin’s Creed por 12 euros, en cuyo caso ni se me ocurre quejarme por la escasa calidad del manual, pero si me hubiese gastado 70 euros seguro que no me sentía tan satisfecho. Si, la edición de salida del Assasin’s Creed 2 estaba estupenda, pero eso pasa en un juego de cada treinta.
Pero lo que de verdad me irrita de todo esto es que, bajo lo que al público se vende como una campaña ecologista, posiblemente se esconda un factor que influya mucho más, el económico. Si los de Ubi dijesen que el usuario iba a pagar 50 céntimos menos en sus juegos por lo que se ahorraba retirando los manuales, pues entonces me quitaría el sombrero y me callaría, pero es obvio que los usuarios no vamos a notar la diferencia, mientras los números de Ubi van a mejorar tras eliminar el gasto de producir millones de manuales para sus lanzamientos.
(Si va a ser así de cutre, con todo texto en blanco y negro, pues casi que me da igual, pero 15 paginillas con unas buenas ilustraciones son una pequeña delicia…)
Porque díganme una cosa, señores de Ubi Soft… si tanto les preocupa el medio ambiente, ¿por qué antes los libros de instrucciones tenían tropecientas páginas a causa de estar en varios idiomas?, ¿no se ahorraría papel y se salvarían árboles reduciendo el manual a las 15-20 páginas necesarias para el idioma del país en el que se vendía el juego? Claro que sí, pero no se hacía PORQUE SALIA MÁS CARO. Pero claro, ahora lo rentable es suprimir el manual, y como se puede vender como ecologista pues genial, así nadie protesta y nos ahorramos una pasta.
Por cierto que, reflexionando sobre esto me he acordado de este magnífico post de Velvet Underground, en el que recogía con su magistral estilo algunas de las razones por las que el envontorio de un juego resulta tan especial. Quizá esas sensaciones se nos terminen algún día, al paso que vamos.
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