Mountain of Faith (Toho Fuujinroku)
Tenía pensado escribir todo un monográfico sobre toda la saga Toho pero, vista la extensión que iba a tener, preferí simplificar e ir a por el último juego de tan magna saga.
Si eres neófito en esto de la saga Toho, decir que es una larga serie de videojuegos (doce juegos, concretamente) creados, la gran mayoría de ellos, por una sola persona: Junya Ota, (alias, “Zun”), espagueti japonés aficionado a empinar el codo y con una gran imaginación y habilidad para crear shooters en los que las balas dominan todo el campo de visión.
Especializado en la creación de patrones de disparos caleidoscópicos y juegos de terrible dificultad, aparte de un apartado gráfico más que decente (para haber sido hecho por una sola persona) y unas geniales composiciones musicales que te meten en el papel mucho más de lo que se quisiera, ha ido creando desde 1995 un mundillo de hadas, demonios y demás entes paranormales en el que decenas de chicas se disparan sin piedad alguna.
El juego que nos ocupa es su décimo primer trabajo en solitario. En él se nos cuenta la historia de Reimu Hakurei, protagonista de casi todas las entregas de la saga y única miko de Gensokyo, el mundo alternativo en el que vive. Un buen día, la chica recibe la advertencia del auto-proclamado “Dios de la montaña” que le advierte que cierre las puertas de su templo puesto que ningún humano sino decenas de youkai (vendría a ser lo que llamaríamos “demonios” o monstruos) pasan por tan remoto lugar. La chica, molesta por la actitud de ese “Dios de la montaña”, decide ir a cantarle las cuarenta y, Marisa Kirisame, bruja, vecina, amiga, caradura y cleptómana por afición que no tenía ninguna otra cosa que hacer la acompaña hacia la montaña en la que, parece, se ha instalado un nuevo templo…
La historia no es excesivamente profunda pero nos muestra una gran variedad de personajes carismáticos como las diosas de las cosechas, una muñeca maldita, una kappa aficionada a la tecnología o una tengu periodista. No es hasta la quinta pantalla en la que nos encontramos enemigos relacionados directamente con la trama.
Pero este juego no destaca especialmente por su argumento sino por su jugabilidad. Siendo de corte arcade muy clásico. Además el juego incluye unos cuantos aditamentos muy interesantes. Así pues, hay que matar enemigos y evitar que éstos te maten pero con el añadido de intentar lograr la mayor puntuación posible ya sea recogiendo items de puntuación, ya “items de fe”. Cuantos más items de fe recoges, más valdrán los items azules de puntuación normales pero, si no lo haces con constancia, manteniendo un ritmo de destrucción de enemigos adecuado, la fe irá decayendo y el valor de tu partida decaerá con él. Es complicado mantener la puntuación alta en este juego más no imposible, aún a pesar que te bombardean por todos los lados imaginables.
Para ayudarte en la tarea de llegar a lo alto de la montaña puedes ir recogiendo items de potencia que aumentarán la fuerza de tus disparos añadiendo orbes que disparan independientemente de tu personaje pudiendo acumular cada personaje hasta cuatro. Teniendo un mínimo de un orbe, ya tienes la posibilidad de lanzar bombas que borrarán las balas de la pantalla aunque eso es a cambio del sacrificio de perder la quinta parte de tu potencia de fuego. Una vez lances todos tus orbes, te quedarás con el disparo básico pelado que poco te va a ayudar a sobrevivir. Aunque, dada la dificultad del juego, más de una vez te vas a quedar en semejante situación.
Son seis pantallas más una extra de terrible dificultad que se desbloqueará una vez se acabe el juego en cualquier dificultad. Hay para elegir dos personajes, Reimu y Marisa, cada una de ellas con tres tipos de disparo que no se van a poder cambiar durante el resto del juego.
Estas dos características que facilitan bastante el juego: El botón de “focus” que concentra el tiro del personaje (o causa algún otro efecto secundario) y que hace que el personaje se mueva más precisa y lentamente, lo cual es una gran ayuda para pasar entre los intrincados patrones de balas; y la “bomba post mortem”, genial invento de la saga que te permite usar las bombas literalmente en el último momento, justo cuando te han dado.
La mayor parte de la partida te la pasarás peleando contra jefas (de hecho, las peleas contra las jefas son casi la mitad del tiempo de juego, sobre todo en la pantalla extra) que tienen una enorme variedad de ataques intrincados . Sus ataques se dividen en ataques normales (aún siendo normales, algunos son terribles…) y “Spell Cards”, patrones especiales de mayor dificultad los cuales, si te los pasas sin perder vidas ni usar bombas, te darán una jugosa puntuación.
Los gráficos, si bien no son para tirar cohetes en esta generación, sí que están bien hechos. 2D para los gráficos de juego y 3D para los fondos preciosistas y profundos aunque algo simples. Los sprites están bien animados y las balas son simples aunque mostradas con tal elegancia que ni te das cuenta de su simplicidad.
En cuanto a sonidos, el juego ofrece una gran cantidad de sonidos que, si aprendes a distinguirlos, te son una gran ayuda como el sonido que hacen las balas cuando dan a un enemigo, cuando te disparan, cuando te apuntan o el nefasto sonido de muerte.
Pero, si hay algo en lo que realmente destaque Mountain of Faith es en su genial composición musical. Composiciones tranquilas en las primeras pantallas que van aumentando de ritmo y tono según se avanza en la historia, que pasan de la canción de las diosas de las cosechas a las de la diosa del cielo; de lo lírico a lo más épico pasando por toda clase de sensaciones que no dejan indiferente y que te hacen hervir la sangre cada vez más. Como elección personal, me quedo con la canción de la cuarta pantalla (“Falls in Fall”) y de la quinta jefa (“Faith is for trasient humans”), ambas canciones que reflejan la gran velocidad que alcanza la partida y las dificultades que te encuentras por el camino.
Podría pararme a comentar más cosas como el trasfondo de todos los personajes, las características de los ataques de cada una o detalles curiosos pero creo que si empiezo, no acabaría. Sólo decir que este juego es una gran muestra de lo que sólo dos manos son capaces de hacer en sus ratos libres.
Dicho esto, os dejo a vuestro libre albedrío la opinión acerca de este gran juego.
Web: Página web oficial del Mountain of Fight
Descarga: Demo de Mountain of Fight
Web: Página web oficial de Team Shanghai Alice
Artículo escrito por Jeshua Morbus como colaboración.
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