Mi arcade Videosonic
Los lectores que lleven un tiempo siguiéndonos tal vez sepan que mis videojuegos favoritos son los arcades y que me da por coleccionar videoconsolas (actualmente tengo 66). Tener una máquina recreativa siempre fue un sueño, y sin embargo nunca me había animado a construir la mía propia, a pesar de que leía de vez en cuando los manuales de Marcianitos. La otra opción que tenía para hacerme con una era comprarla en Ebay, sin embargo cuando tenía dinero para pujar, las máquinas alcanzaban los precios más elevados, y cuando no disponía de dinero se vendían baratas. ¡Maldita Ley de Murphy! Sin embargo en una conversación de chat con un amigo, éste me comentó que trabajaba en un salón recreativo y que podía conseguirme una máquina. Fijamos el precio de la misma con un juego en 250€. El trato lo hicimos a mediados de Junio, pero su materialización se atrasaría hasta el día 6 de Enero con una variación, en vez de un juego me daría 15 y en vez de 250€ yo pagaría 300€.
La máquina era una VideoSonic, uno de los modelos más clásicos y emblemáticos de recreativas. Una de las razones por las que opté por no construir una máquina a medida es por que quería que fuera lo más auténtica posible. ¿Cómo? Pues que la máquina luzca ralladuras, quemaduras de pitillo, y todas aquellas cosas que le iban sucediendo durante su vida en un bar o en un salón arcade.
La máquina dispone de tres botones por jugador, con los que cumple casi con cualquier juego exceptuando los de lucha.
Las partidas son activadas por monedas, a falta de que le coloque un botón para dar créditos de una forma más rápida.
En la foto se pueden observar los cartuchos que acompañaban a la VideoSonic (Excepto el Metal Slug 2 que está dentro). La verdad es que no me esperaba que la máquina viniera con tan buenos títulos como el Metal Slug 1 & 2, Super Sidekicks o el clásico WindJammers. Aunque eso sí, venía con un par de cartuchos repetidos (Super Sidekicks y Metal Slug) que estoy dispuesto a cambiar por otros.
Como no, en este cubo negro recojo mis ganancias, aunque por ahora no ha dado nada y ninguno de mis amigos se atreve a meter una moneda. Habrá que seguir intentándolo.
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