Cuando Steve Jobs trabajaba en Atari
El gran gurú de Apple, antes de fundar su propia empresa junto a Steve Wozniak, tuvo otros trabajos menos conocidos pero igual de apasionantes. Atari, empresa líder en el sector de los videojuegos durante finales los 70 y principios de los 80, acogió a un joven y desaliñado Steve Jobs como empleado.
Por aquel entonces Atari estaba empezando en el mundo de los recreativos inundando bares de todo Estados Unidos y el extranjero con su célebre «Pong«, una máquina que marcaría el comienzo de una nueva era de entretenimiento. Nolan Bushnell, su presidente, compró una abandonada pista de patinaje donde comenzó a fabricar en cadena sus nuevas maquinitas.
Jobs era un joven «hippie» apasionado de la nuevas tecnologías, pero con un punto de vista bastante diferente al del típico técnico. Donde otros veían circuitos y chips él veía el significado del universo y el karma. Con pelo largo, barba, pantalones campana y unas alegres y frescas chanclas decidió entrar a trabajar en Atari para costearse un viaje espiritual a la India. Fue contratado en 1974, siendo el empleado número 14 de la compañía, y una de sus primeras misiones fue ayudar a programar «Video Basketball» a 5 dólares la hora. Poco después viajó a Alemania Occidental como técnico para reparar máquinas estropeadas de Pong.
Finalmente consiguió el dinero que necesitaba para viajar a la India, pero acabó volviendo bastante desilusionado y regresando a las oficinas de Atari en Palo Alto, eso sí, ataviado con ropas hindúes y la cabeza totalmente rapada. Ya desde joven destacaba por salirse de la norma y tener un carácter transgresor, aunque con el paso de los años fue comprendiendo que no es bueno ser tan extravagante.
Atari se puso manos a la obra en una nueva máquina cuyo nombre iba a ser «Breakout«. Al igual que en proyectos anteriores se volvieron a usar circuitos integrados TTL, en vez de un microprocesador. El primer diseño de la placa fue encargado a la empresa Cyan Engineering, pero el jefe de proyecto, Al Alcorn, decidió crear también un prototipo para poder corregir errores de diseño. Steve Jobs fue el elegido para crearlo (o al menos intentarlo), por el que percibiría 750 dólares y un incentivo de 100 dólares por cada circuito integrado que fuese capaz de eliminar del diseño original, algo que prometió hacer en cuatro días.
Máquina original de «Breakout»
Jobs, que era muy astuto, no se le ocurrió nada mejor que acudir a su amigo Steve Wozniak, Woz para los amigos, que trabajaba en HP como ingeniero, y aquel reto le resultó sumamente divertido aceptándolo con gusto. Además, Jobs le prometió la mitad de los 750 dólares, pero obviando los 100 dólares de incentivo por cada circuito eliminado. Finalmente, al cuarto día todo estuvo acabado, pudiendo presentar en Atari una placa con 50 circuitos menos que la original y ganando un plus de 5.000 dólares (100 dólares x 50 circuitos eliminados). Jobs le dio a Wozniak solamente 350 dólares.
Los ingenieros de Atari estudiaron el diseño de Jobs-Wozniak, entre cuyas novedades estaba haber colocado el marcador arriba en vez de abajo. El trabajo era muy bueno, pero Atari lo acabó descartando porque era demasiado compacto y no se adaptaba bien a la línea de producción de Atari. Sin embargo, en varias entrevistas el propio Wozniak desmintió este hecho, asegurando que el principal motivo fue que Atari no consiguió descifrar su diseño, y al no poder efectuar cambios optaron por usar únicamente el diseño original, más caro y grande.
Esta primera experiencia en la fabricación de hardware acabó animando a Jobs y Wozniak a realizar un nuevo proyecto, un ordenador casero llamado Apple. Y el resto de la historia creo que ya todos la conocéis.
Curiosidad: Dicen las malas lenguas que a Jobs le asignaron el turno de noche en Atari porque compañeros suyos del trabajo se habían quejado de su mal olor.
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